Sonaze II: Crossfire

Capítulo 36: El Team Dark vuelve a la acción.

Tails estaba trabajando en el Tornado cuando recibe una llamada de Knuckles invitando al zorro de dos colas a ir a verlo en Angel Island, no le dio un motivo en particular, solo que necesitaba hablar con él. De todas formas no le había visto la cara al echidna desde lo de Spagonia, por lo que no le hará daño salir a tomar aire.

Si bien no había terminado de salir del hangar de su casa cuando una persona lo llama, Tails gira la vista a la derecha y ve a Amy corriendo hacia él, deteniendo el avión una vez que salió para darle tiempo a la chica de alcanzarlo y, sin siquiera dudar o preguntar, Amy sube a Tornado con un grito de entusiasmo.

“¡Adelante, Tails!” alienta Amy alzando el puño al aire.

“¡Sujetate, Amy!” avisa antes de acelerar y despegar a Angel Island.

“¿Adónde te habías metido, Amy? No te apareces en días” pregunta el zorro tratando de hacerse escuchar por encima del ruido del motor.

“Estuve con esos sujetos, no quise dejar a Silver solo” responde ella “¿Me extrañaste?”

“¿Cómo sigue Silver?” pregunta con interés.

“Estaba un poco mejor cuando lo visite antes de irme” una parte suya no estaba segura de querer abandonar al erizo, pero también es consciente de que no puede ocupar el territorio de Blaze “Espero que puedan ayudarlo”

Tails pensaba lo mismo, de verdad, todo el asunto ya era demasiado. Extrañaba cuando las cosas eran más fáciles, cuando eran solo Sonic, él y sus amigos, enfrentando peligros y aventuras juntos, apoyandose entre ellos. Desde que Sonic desapareció, todo a sido diferentes, ellos son diferentes. Una pequeña parte del zorro pensó que cuando su hermano volviera, las cosas serían otra vez como antes, pero ahora cree que esos días ya terminaron.

Quizás lo que le dijo Shadow hace tiempo era verdad, las cosas nunca volverán a lo que eran y tendrían que adaptarse a los nuevos tiempos.

Tras un largo viaje, Tails y Amy divisaron a Angel Island en el horizonte, aceleraron hasta llegar al templo de la Master Esmerald. Amy señala al suelo y ven a Shade saludando desde la cima de uno de los pilares del templo, el Tornado tocó suelo con suavidad y se detuvo a pocos pasos de la entrada del hogar de los echidna.

“Tails, Amy, es bueno verlos” les daba la bienvenida Shade caminando a los recién llegados que bajan del avión “Knuckles dijo que vendrías, aunque no esperé que Amy también viniera”

“Estaba cansada con esos sujetos, así que vine para estirar las piernas un rato” le dice abrazando a su amiga.

“Bueno, da igual. Sabes que son bienvenidos cuando sea” Shade dio por terminado los saludos y los guía a donde estaba Knuckles.

“¿Y cuál es el gran misterio?” pregunta Tails subiendo las escaleras detrás de la echidna.

“Pues, algo le pasa a la Master Esmerald y a Knuckles le pidieron llamarte”

Eso es raro, el experto en la Master Esmerald es el echidna rojo, no había nadie como él en conocimientos de la gema y más raro aún es que le pidan que traiga a Tails.

“¿Y quién le dijo que me llamaran?” pregunta cuando llegan a la cima siendo recibidos por la vista de la esmeralda gigante en el centro del templo.

“Esa sería yo”

Un poco alejados de la esmeralda, estaban dos personas, una de ellas era Knuckles, con una expresión seria, la otra persona fue la que debió solicitar la ayuda de los amigos de Knuckles.

“¡Tikal!” dijeron los chicos sorprendidos.

Tikal, sonríe con gentileza a los chicos y los saluda con la misma gracia que la caracteriza. A ellos les sorprendía verla aquí, moralmente se la pasaba en el interior de la Master Esmerald junto a Chaos para hacerle compañía y calmarlo.