Capítulo 37: Cueste lo que cueste.

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Cuando los héroes en Angel Island recibieron la llamada de Shadow confirmando la obtención de las esmeraldas, estaban emocionados y aliviados a la espera de su llegada. Esa noche todos se fueron a la cama sabiendo que podrían encargarse del problema mañana tras una buena noche de sueño bien merecida, aunque no todos estaban en brazos de Morfeo, en la Colonia Espacial Arc donde descansaba el Team Dark, ahora mismo hay dos personas que siguen despiertas, una de ellas es una eriza amarilla que estaba asaltando la cocina en busca de un refrigerio nocturno y el otro era la forma de vida definitiva que estaba observando por una de las ventanas del pasillo el planeta que yace bajo ellos.

Poco sabían ambos que se encontrarían estando cada uno atrapado en sus propios pensamientos, Maria estaba mordisqueando su tentempié cuando una figura es captada por el rabillo del ojo haciendo que salga de sus pensamientos y note la presencia de Shadow sentado ahí solo, con la tenue iluminación y el reflejo del brillo planetario; el erizo negro era bañado por un resplandor casi mágico y nostálgico, para Maria. Shadow estaba envuelto en misterio, dolor, amor y esperanza.

El misterio de no saber si pertenece o no a algún lugar.

El dolor de haber perdido seres queridos sin poder hacer nada.

El amor arraigado en él por aquellos que le enseñaron tanto y vieron más en él.

La esperanza de que quizás no está tan solo en el mundo y podrá vivir según los sueños de su amiga.

Maria se le acerca hasta que su presencia es percibida por el hombre y este se le queda viendo en su pijama compuesta por ropas prestadas, un mini shorts rosa de Rouge y una camisa sin mangas blanca de Shadow. Le iba a preguntar que hacía despierta pero ver su bocadillo nocturno a medio comer en su boca responde la pregunta, en su lugar se le queda viendo esperando alguna reacción de su parte.

Ella no dice o hace nada por aproximadamente cinco segundos hasta que opta por sentarse a su lado en la ventana y picar en dos su comida ofreciendo la mitad, él no se nueve unos instante por la impresión antes de aceptar su gesto consiguiendo que ella sonria complacida consigo misma.

"¿Noche de contemplaciones?" pregunta ella después de un momento de silencio entre ambos "No interrumpo espero"

"No tengo mucho sueño, vengo aquí en esos momentos y me quedó mirando" le contesta volviendo su atención al planeta y después a ella "Supongo que estabas igual"

Maria se encoge de hombros restando importancia y sigue masticando lo que queda de su comida antes de hablar.

"Siempre asalto la cocina, es un mal habito que comparto con mi hermano luego de tanto tiempo evitando las comidas sobrenaturales que prepara mi abuelo"

Ahora que lo piensa bien, él no llegó a preguntarle nada muy profundo o personal a ella, ni siquiera eso que quiso saber desde que quedaron atrapados en la trampa de E. Tails hace un tiempo atrás, no sabe de que forma preguntarlo sin parecer demasiado imprudente pero ser delicado tampoco es uno de sus puntos fuertes.

"Ahora que lo recuerdo, no te pude preguntar algo que quise saber luego de que nos atraparan en la base de Nega"

Eso llama la atención de la mujer y le presta mayor prioridad a lo que quiera decirle.

"Las ilusiones, eso que ese maldito zorro nos mostró" le empieza a decir mirando a sus ojos "¿Qué te mostró a ti y cómo escapaste?"

Maria miente si dice que no piensa en ese día una que otra vez, no porque sea un mal recuerdo en sí, ella sabe que aunque fuese una ilusión; la oportunidad de volver a escuchar la voz de sus padres y compartir con ellos fue un regalo del cielo. Pero no sabe lo que Shadow pudo haber visto, y con su pasado es poco probable que haya sido algo que deseara ver, decide ir con cuidado con sus siguientes palabras para no evocar nada negativo en él.

Sonaze II: CrossfireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora