Le llevó diez minutos volver a tomar el teléfono.
Diez largos minutos, durante los cuales Pansy intentó calmarse, andando de un lado a otro, pensando en cómo y por qué había dejado que la situación se deteriorase hasta aquel punto.
¡Ella no había tenido la intención de decir ni la mitad de lo que había dicho!
Pensó en llamar otra vez, pero ¿para decirle qué?
¿Para comenzar todo de nuevo, y después intentar controlar su temperamento?
Sabía que no iba a funcionar.
Ambos eran obstinados, arrebatados y apasionados al defender sus ideas y principios.
Se habían conocido en una fiesta.
Había ido con otros asistentes, pero habían salido juntos de la fiesta.
Fue un caso de amor a primera vista, literalmente.
También se habían hecho amantes la primera noche.
Un mes después, ella estaba embarazada.
Al siguiente, estaban casados.
En tres años, se habían hecho enemigos mortales.
Todo fue muy salvaje, confuso y traumático, del inicio apasionado, al final violento.
La última pelea había ocurrido pocos días después de una tentativa desesperada de salvar lo que sabían que estaban perdiendo.
Aunque el acto de amor fuera perfecto, el resto era un desastre.
Habían comenzado a pelear en el instante en que sus cuerpos se habían separado.
Él había salido indignado, como siempre, y al día siguiente ella había entrado en trabajo de parto prematuro, perdiendo así a su segundo hijo, mientras Harry se consolaba en los brazos de su amante.
Pansy nunca, jamás lo perdonaría.
Nunca había olvidado la humillación de tener que rogarle a la amante de Harry que lo mandara a casa, pues ella lo necesitaba.
Pero Harry había llegado demasiado tarde.
Pansy ya había sido llevada al hospital y había perdido el bebé.
Encontrarlo sobre su cama, intentando disculparse, aún con el perfume de la otra, fue para Pansy la humillación final.
Ella había dejado Italia con James, inmediatamente después que se había recuperado físicamente, y Harry nunca la había perdonado por haberse llevado a su hijo.
Después de eso, ambos se habían sentido traicionados, usados y abandonados.
Si no fuera por la madre de Harry, Lily, al hacer de juez cuando fue necesario, sólo Dios sabía lo que habría sucedido.
Gracias a Lily, y al hecho de que no habían tenido contacto, ellos, habían conseguido mantener una relativa paz durante tres años.
En aquel momento, Pansy deseó poder evitar la guerra que parecía aproximarse, pero no sabía cómo.
Cuando el teléfono sonó, ella temió que fuera Harry, pues, no se sentía preparada para hablar con él de nuevo.
Suspirando, atendió.
—¿Pansy? —preguntó una voz conocida y ansiosa—. Mi hijo insistió para que te llamara.
¿Qué está sucediendo, por el amor de Dios?
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La Venganza
FanfictionPansy sabía que Harry Potter nunca la había perdonado por poner fin a su matrimonio y marcharse de Italia con su hijo. Cuando se enfrentó a Harry por los planes que supuestamente él tenía para volver a casarse, su todavía marido adoptó una actitud h...