🐍 🦁 4 🐍 🦁

441 32 6
                                    

—¿No vas a renunciar? —susurró Harry, mientras Pansy absorbía la importancia de lo que él había dicho.

¿Entonces, supongo que, en tu desespero por vengarte por lo que imaginas que yo te hice, tú no piensas que vas a lastimar también a tu hijo?

No, pensó ella, claro que no deseaba sacudir el amor de James por su papá.

Ese pensamiento la hizo suspirar, dándole a Harry la oportunidad que él quería.

—Bien, parece que cambiaste de idea —observó él, satisfecho—.

Eso casi, entiende bien, casi restaura mi confianza en ti como madre cariñosa y leal.

Aunque eso no cambie mi juicio en lo que se refiere a ti como mi esposa.

Pansy levantó la barbilla retadoramente.

—Si fuéramos a entrar en una cuestión de lealtad, tú estarás pisando terreno peligroso —ella le señaló.

—Entonces no vamos a entrar —convino él, instantáneamente.

Veamos si podemos encontrar una forma más sensata de... de negociar entre nosotros, que nos posibilite satisfacer nuestras necesidades y que satisfaga también las necesidades de nuestro hijo.

¿Existiría tal cosa?, Pansy imaginó, desanimada.

—No me dejes en suspenso —pidió, irónica—.

Di luego lo que tienes en mente.

Él sonrió de modo extraño, medio cínico, medio perverso.

—No sé si te va a gustar —murmuró él.

—Mientras Ginevra quede fuera de escena, coincido con cualquier cosa —aseguró Pansy.

Él tardó en responder, pero el brillo juguetón de sus ojos hizo a Pansy estremecerse.

Sintió que estaba a punto de entrar por un camino que no quería recorrer.

—¡O me dices inmediatamente lo que tienes en mente —exigió ella, agitada—, o sales de aquí!

—Directo al asunto, entonces —dijo Harry, lentamente, mientras descendía la mirada por el cuerpo de Pansy.

Ella se sintió ahogar de indignación al percibir a lo que Harry se refería: su cuerpo.

—¿Será que no puedes parar de provocarme? —consiguió decir.

—¡Ah, si yo pudiera! —Él suspiró extenuadamente—.

Pero viendo esas piernas perfectas ofreciéndose así...

Con un movimiento instintivo, Pansy se aproximó, lista para abofetearlo.

La mano de Harry fue más rápida, cogiéndola por la muñeca.

—Tú aún tienes un cuerpo espléndido, Pansy —murmuró él, desnudándola con los ojos—.

Todas esas curvas sensuales me traen de vuelta recuerdos perturbadores.

Recuerdos tan excitantes, que pensé, al momento de volver a verte , que si tú volvieras a mi cama, yo no necesitaría buscar en otro lugar quien llenara esa laguna en mi vida.

Un silencio de muerte flotó en el aire.

—¿Cómo te atreves? —balbuceó Pansy, cuando consiguió recuperar la voz—.

¿Cómo te atreves a hacerme esa propuesta indecente?

—Necesito a una mujer en mi cama.— Él se encogió de hombros.

La VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora