Mes 5: MIEDO

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Había sido una semana terrible, llena de altibajos y preguntas indiscretas. Ya no podía seguir ocultando lo que su cuerpo mostraba evidentemente, lo peor fue tener que ir y hablar con recursos humanos, y con sus jefes. Ella se sentía tímida, parecía que todos la miraban extraño, o eso era lo que ella pensaba. Esta sociedad hipócrita no parece aceptar a una madre soltera, no parece aceptar a una mujer profesional que decide de pronto tener una familia sola. De pronto un pensamiento vino y parecía un autoregaño.

"¿Sola dices?...¿Pero si tú no estás sola?" Ella recordó que esté pequeño en su vientre tiene un padre, uno muy peculiar, pero que es lo suficientemente maduro para enfrentar con ella esté camino.

Gracias a este pensamiento se llenó de valor y pudo enfrentar con la frente en alto a sus superiores.

Por fin él día se acaba, se siente cansaba, todo por el estrés que le ha tocado soportar hoy. Clarissa entra en el baño de mujeres de la empresa y varias chicas hermosas están ahí retocando su maquillaje. Quizás algunas saldrán en una cita con sus novios o amantes.
Al entrar todas miran a Clarissa, y sus miradas pasan del rostro de la chica al abultadito vientre de ella.

-Hola - le dice una de ellas, de cabello rojo y lacio.
Clarissa la observa ya que se le hace conocida.
-¿No me recuerdas? Soy Lía, estuvimos juntas en el departamento de contabilidad el año pasado, pero te asendieron, y prácticamente no nos volvimos a ver.- le comenta la mujer, con una sonrisa.

-Hola, si ya recuerdo- le contesta Clarissa, más por educación que por qué fuera verdad.

-¿Cuándo te casaste?- le pregunta Lía, mirando el vientre de Clarissa.

-ah..yo, en realidad no...- ciertamente es la primera vez que le preguntaban por matrimonio.

- Oh, ya comprendo, disculpa no lo sabía, uno siempre asume que- en eso otra chica de cabello oscuro y ojos azules mira sorprendida a Clarissa, asomando detrás de la otra mujer.

- ¿Clarissa?...¿Eres Clarissa Montenegro? Pero que sorpresa- la mujer se acerca y le da un beso en la mejilla.

Clarissa tiene que responder a regañadientes por ella misma. A esta mujer si la recuerda muy bien. Es la clase de persona que no se mide en dejar en mal a otros, con tal de conseguir escalar en la gran pirámide laboral.

-Hola Verá...¿Cómo has estado? - Clarissa da un paso atrás soltandose del abrazo.

-Yo estoy bien, ¿Y tú?...¿veo que estás en la dulce espera?- le contesta Vera sonriendo. Clarissa mantiene silencio.

- Es tan duro ser madre soltera- Vera comenta, mientras se mira al espejo y hace como que arregla su cabello. Clarissa la mira en respuesta.

- Oh, lo siento...¿No es un secreto o si? - Vera le hace una falsa mueca de preocupación.

-No es un secreto realmente- le contesta Clarissa.

- Por lo que veo, piensas tener al bebé... será difícil, con tanta responsabilidad en tu nuevo puesto y todo eso- Vera la observa, con una mirada de compasión falsa por supuesto. Por otro lado Lía la escucha en silencio, y sorprendida por el comentario atrevido de su compañera.

-La verdad, yo no lo tendría- Vera suelta las palabras y como si nada , continúa sepillandose el flequillo con sus dedos.

Para, Clarissa fue suficiente, ya no podía soportar esos comentarios mal intencionados, en contra de su bebé.

- Que tengan.. excelente fin de semana- les dice Clarissa, volteando a ver a las dos mujeres, y dando media vuelta, sale de ese sofocante lugar.

- Vera ¿ Ese fue un comentario, inadecuado para una mujer embarazada- Lía desaprobaba totalmente el comportamiento de la mujer.

NO TAN FÁCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora