Dos

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—¿Que?—Es lo único que formula mi boca cuando me veo parada enfrente de una imponente entrada a lo que parecía ser un palacio occidental antiguo en colores vivos rodeado de hermosos jardines llenos de flores y brisa delicada como la primavera

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—¿Que?—Es lo único que formula mi boca cuando me veo parada enfrente de una imponente entrada a lo que parecía ser un palacio occidental antiguo en colores vivos rodeado de hermosos jardines llenos de flores y brisa delicada como la primavera. Entonces la calides de un pequeño cuerpo acurrucado en mi pecho me hizo percatar de la presencia de cierta niña de apariencia increíblemente bella, la cual tenía sus ojitos azul marino llenos de lágrimas que como cascadas delicadas bajaban por sus mejillas una y otra vez, ella sorbe su nariz rojiza escondiendo su pequeño rostro sonrojado por las lágrimas en el hueco de mi cuello. La brisa me hace percatar que sigo completamente desnuda en medio de un valle lleno de naturaleza enfrente de un palacio sacada de otra época. Mis brazos siguen abrazando el tembloroso cuerpo de la pequeña quien zollosaba en mi cuello mojandolo a este y mis clavículas.

—O-Omma, estaba asustada......—Suelta con su voz acuosa e inquieta mientras sus bracitos diminutos rodean mi cuello aferrándose a mi como si no pudiera creer que estuviera con ella. Mis ojos siguen muy abiertos por sus palabras tanto que ahora es que comienzó a notar la presencia de varios hombres armados y de ropajes estilo militar rodearme amenazante ¡¿YO SOY SU MAMÁ?!

—¿Quien eres, pequeña?—Ante mi interrogante ella se remueve inquieta entre mis brazos, la abrazo más fuertemente al notar a esos tipos apuntar sus armas a nosotras. Soy conciente de mi desnudez pero a pesar de mi enorme vergüenza no soy capaz de hacer algo más allá que aferrarme a la niña protegiendola de ellos mientras un inmenso sonrojo cubre mi cuerpo completo a la vez que soltando un chillido me agachó en un intento de cubrir parte de mi desnudez.

—S-Soy L-Luar......, no se que pasó pero soy como omma.......

Ahora si que me aferró a ella con posesividad y sobreprotección en cada gesto de mi cuerpo con el diminuto cuerpecito entre mis brazos, el cual tembloroso se aferra a mi pudiendo sentir como mueve su cabeza viendo que nos encontramos rodeadas, como alguien la toque juro que le destrozó todo lo que se llama cara y le colocó los huevos de corbata, se les vería precioso. Nadie va a tocar a mi bebé, sobre mi cadáver. Yo rescate de las calles a Luar cuando su madre moribunda y enferma la protegía de mi, en aquel entonces era más diminuta que la palma de mi mano y era una bolita de pelos temblorosa y hambrienta, intente salvarlas a ambas pero los veterinarios aseguraron no poder hacer nada por su madre, quien segundos después de su llegada al lugar había fallecido irremediablemente, cuide de ella desde entonces hasta ahora como si fuera mi bebé más hermoso, por lo que no permitiré que le toquen un solo pelo a la pequeña. Mis sonrojos permanecen mientras intento tapar mi cuerpo y el proteger el de Luar de los soldados quienes me miran de una manera que no logró descifrar por la desorientación en la que vagamente se encuentra mi cuerpo, pues a pesar de estar consciente de mi entorno y las circunstancias, esto parecía más una película o historia de fantasía que la puta realidad y soy conciente de ello cuando enfocó con detenimiento a los que me rodean, notando algo inusual que frunce mi entrecejo descolocada.

ZIBÁ;J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora