Capítulo 9

14 1 0
                                    

Gael tomó un sorbo de cerveza y colocó la copa en la mesita frente a él. Le tomó las manos a Aniole, le gustaba sentir su calor, su piel. Ambos hablaron sobre sus gustos en la música, el cine y otros temas sobre su vida.
Aniole hablaba sin parar, era algo que no podía evitar cuando se ponía nerviosa, sin embargo él la escuchaba sin protestar y daba su opinión en lo que ella preguntara. Concidían en muchas cosas incluso opinaban de igual forma en muchos de los temas tratados esa noche.
- Llevo toda la noche intentando besarte- soltó él de pronto sin dejar de mirar aquellos labios que mientras hablaban lo estaban volviendo loco.

- ¿Y por qué no lo has hecho todavía?- respondió ella recuperándose de la sorpresa por aquella confesión tan repentina y que concidía al ciento por ciento con lo que ella misma deseaba- Yo llevo esperando toda la noche a que lo hagas.

- ¿Eres siempre tan directa, Aniole?- preguntó él poniendo una de sus manos detrás del cuello femenino para acercarla más a él y besarla hasta quedar ambos casi sin aliento. Sin darle tiempo siquiera a que ella respondiera a su pregunta.
El tiempo se detuvo mientras el beso se profundizaba.
Gael pasó su otro brazo aferrando la cintura femenina para atraerla más a su propio cuerpo. Para sentirla vibrar como lo hacía él también con aquel beso.
Luego se separó de ella haciendo acopio de sus fuerzas. Lo que deseaba era llevarla a la cama. Llevaba mucho tiempo sin tener sexo y aquella diosa lo estaba poniendo duro como una roca, pero no podía, no era el momento y ambos lo sabían. El deseo aún estaba latente y aunque compartieron varios besos más llegó el momento de irse. Una ducha de agua bien fría lo esperaba en casa para bajar aquel calentón.

- Respondiendo a tu pregunta- comenzó ella abrazándolo por el cuello- sí soy bastante directa cuando algo me interesa. ¿ Te molesta?- preguntó mirándolo ahora a aquellos ojos verdes que tanto le gustaban.

- Para nada- respondió él con una sonrisa besando la frente de la chica para luego darle un ligero beso en la punta de la nariz- Es lo que más me gusta de ti. Te confieso que para nosotros los hombres a veces resulta agotador tener que dar siempre el primer paso.

- ¿Me llamas para saber que llegaste bien? - pidió ella cuando él encendió la motorina.

- Sí princesa. - respondió Gael para luego darle el último beso de aquella noche.- Nos vemos mañana.

El amor en los tiempos de la covid-19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora