𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 4: 𝐄𝐥 𝐕𝐢𝐞𝐣𝐨 𝐲 𝐞𝐥 𝐌𝐚𝐫

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—¿Cuál es el peor libro que has leído?

Pensé muy fuerte en una respuesta. Objetivamente un libro nunca me pareció malo, tenía la suerte de que casi siempre me encontraba cosas agradables, descartando los libros de romance juvenil, claro, pero en un lugar recóndito de mi mente, recordé una de las lecturas que hice para la escuela y que batallé para terminar a pesar de ser sumamente corta.

—Creo que El Viejo y el Mar.

Su ceño se frunció como si hiciera un esfuerzo por recordar el título.

—¿El del viejito que mata unos tiburones porque le quieren robar a su pez?

—¿En serio lo primero que recuerdas es que mató tiburones? —solté una risa— eres increíble.

Tiró de mi mano haciendo un puchero. Sí, íbamos cogidos de la mano, estaba casi seguro de que ninguno de los dos quería detenerse a cuestiomar el por qué.

—Es que me pareció un poco brutal cuando lo leí —rebatió.

—Y ahora es cuando dices que eres vegano y pro aborto —. Recibí un golpe en el hombro por mi comentario sarcástico.

Cuanta confianza se coge en un día, pensé realmente feliz.

—No soy vegano —aclaró— y que las mujeres hagan lo que quieran con su cuerpo, no es mi asunto.

Sentí una repentina curiosidad. No por su postura en el feminismo, nuevamente, no quería meterme en temas tabú, sino por algo que no me había cuestionado en todo el día, tomando en cuenta que yo tenía una novia pero iba cogido de la mano con un chico que conocí esa misma tarde, y con quien había compartido más palabras que con mi mejor amigo Soobin en toda la semana.

—¿Tienes pareja? —pregunté mirando a otra dirección que no fuera su cara. Siempre hay que irse por lo seguro.

—No, terminé con mi ex hace casi un año —respondió mientras balanceaba nuestras manos al caminar.

Suspiré para mis adentros cuando se di cuenta de que debía hacer la pregunta directamente.

Nos adentramos en la sección de biografías, solo porque ya habíamos acabado con todas las de nuestro interés.

—¿Hombre o mujer? —solté por fin.

—¿Eh?

—¿Tu ex era hombre o mujer? —pregunté rápido por los nervios.

—¿Estás tratando de preguntar por mi sexualidad? —su voz no sonó ofendida, en realidad tenía un toqué de picardía. Eso me puso más nervioso.

—¿Sí?

—Era un chico —declaró con una sonrisita de ojos medio cerrados— soy bisexual.

Mi corazón dió un latido que calentó todo mi cuerpo como si se tratara de un interruptor, si es que eso era posible. No podían culparme por alegrarme con el dato, en todo caso, quien debía culparme era Yeji.

Beomgyu se me quedó mirando, esperando, hasta que me digne a entender el por qué lo hacía.

—Creo que soy demisexual... —musité.

Aunque el romance no fuera de mi agrado, siempre necesité conocer a las personas previamente a tener algo, tener una conexión, con Yeji fue así. La atracción física nunca fue el primer requisito, aunque era capaz de apreciar el atractivo ajeno. Entonces, ¿estaba empezando a olvidar los conceptos o qué?

El tiempo es relativo. Un día basta para tener una conexión, traté de razonar.

Sonrió ampliamente. Me iba a desmayar si seguía con eso, mi corazón no había trabajado tanto en toda mi vida.

Lo que dijo Beomgyu después me hizo saber que pude haber tocado todos los temas tabú que descarté anteriormente por miedo.

—Me agrada que tocáramos tres temas que no son normales para la mayoría de la gente, y que todavía sigamos cogidos de la mano —apoyó su frente en mi pecho, ocultando una expresión que yo quería ver—. Demisexual dices... —rió.

Me dió una caricia en la palma de la mano con sus dedos. Sabía que debía decirle que tenía novia, de verdad que lo sabía, incluso abrí la boca para decirlo.

No pude, en cambio dije:

—¿Vamos a la última sección?

Beomgyu asintió todo alegre, aunque ninguno de los dos estaba interesado en política o recetarios de cocina.

Efectivamente, pasamos todo el día actuando como la pareja que no eramos. En mi retorcida mente eso estaba bien, siempre y cuando los sutiles coqueteos no llegaran a más, o yo tendría una incómoda discusión con Yeji por teléfono antes de que cayera la noche, y eso era demasiado loco.

Loco, espontáneo, extraordinario, como Choi Beomgyu.

Romance. | yeongyu [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora