𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 10: 𝐊𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐞𝐨𝐦𝐠𝐲𝐮

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El gran día había llegado.

Soobin avisó con anterioridad que me acompañaría, tuve que pedirle que se quedara conmigo, que fuera mi apoyo. Yoongi estaría pendiente de todo, y mi madre prometió que se aparecería durante su hora de descanso del trabajo. Incluso Yeji iba a ir, pero no me había dicho la hora exacta de su llegada, solo que me enviaría un mensaje o me llamaría cuando estuviera cerca. Yo dudaba que Yoongi me dejara usar mi celular.

Me sentía pleno. Había estado tan ocupado los últimos meses haciendo una investigación para mi nueva historia, que no había pensado en él ni una vez.

Bueno, quizás sí, pero ya no se sentía como hace un año cuando el dolor era punzante.

Por la noche Yoongi me envió un mensaje con los nombres de los tres escritores que firmarían ese día junto conmigo.

Mark Tuan, escritor de una saga de aventuras. Sua, escritora de romance erótico. Y como no, Kang Beomgyu haciendo su tan esperada salida al público, que parecía ser una maquina de escribir, porque hasta donde me había dejado entender Soobin publicaba dos libros al año.

No me sorprendía tanto, después de todo sus novelas no tendrían mucho de trasfondo como para que fueran difíciles de escribir. Pero dentro de mi sabía que no me era tan indiferente, iba a estar pendiente de ese autor, por si acaso llegaba a ver a un pelinegro bonito merodeando por una firma suya.

El centro comercial no había abierto aún, llevaban desde las cinco de la mañana organizando los puestos de firma y los libros en los estantes. Estaba aprovechando la oportunidad de ver todo el trabajo duro que no veía el publico: la limpieza, el montaje y la decoración. Me sentí especial de alguna manera. Ese año la demanda por novelas juveniles hicieron que ese género llenara más de la mitad de los puestos. Así que yo no tendría mucho que ver cuando acabara con el itinerario.

Pero estaba emocionado de todas formas, por ser parte de aquello que tanto me apasionaba.

—Puedes ir a casa a cambiarte y a desayunar. Tienes una hora, este año será pesado —me informó Yoongi. Estaba abrigado hasta la coronilla con un abrigo negro, viéndose más pequeño de lo que ya era.

—¿Los demás autores no están por llegar? —pregunté echándole una mirada a los demás puestos.

—Sí, pero no te preocupes por eso, empezaremos a las nueve.

Asentí y me fuí corriendo a casa para prepararme. Soobin me esperaba ya vestido con un sándwich en un plato. De verdad agradecí al universo por tener a mi mejor amigo.

Comí y fuí a ducharme y a vestirme. En media hora ya tenía mis pantalones nuevos y una boina en la cabeza, preparado para cumplir mi sueño de conocer a la gente que tanto apoyaba mi trabajo. Soobin levantó sus pulgares en señal de aprobación y cogimos un taxi para ir al centro comercial. No íbamos a tomar el metro vistiendo ropa cara, mi madre nos lo aconsejo una vez y ya sabíamos que tenía razón.

Intentamos pasar desapercibidos rodeando la entrada abarrotada de gente, y llegamos a mi puesto justo diez minutos antes de que empezaran las firmas. Las colas ya estaban hechas y eran kilométricas. No se veía donde empezaba una y terminaba la otra.

Yoongi daba instrucciones, diciéndome que sonriera y que intentara no demorarme mucho hablando con cada lector o no me daría tiempo de complacer a todos. Cuando acabáramos podría ir a almorzar con él y con Soobin si quería.

Faltaban pocos minutos, estaba nervioso, muchísimo, pero intenté respirar y relajarme, ya iban a dejar pasar a cada lector con su copia del libro para que pudiera firmarla, algunos incluso traían otras cosas.

Me distraje viendo los puestos de los otros autores. Mark Tuan tarareaba con una sonrisa gigante en su cara, jugando con el marcador en la mesa. Sua se acomodaba el escote de su vestido, desbordando elegancia.

Luego me digné a ver la cara de Kang Beomgyu, iba a hacerlo solo de reojo, impulsado por el desagrado que desarrollé los últimos meses. Me quedé estupefacto cuando me di cuenta de que él ya estaba mirándome, y además, era la persona que estuve anhelando los últimos doce meses.

Sentí la gravedad aplastarme entero cuando detallé su cara, su cabello ahora plateado, con su inconfundible y bella sonrisa. Su cuerpo menudo en el centro de una inmensidad de personas tomándole fotos.

¿Cuánto tiempo llevaba allí? Tenía que ser una broma cruel.

Alzó su delicada mano para saludarme con movimientos lentos, incluso parecía temblar. Tenía una expresión extraña en el rostro; incomoda, avergonzada, feliz, asustada. Pero sobre todo expectante.

¿Qué expresión estaba poniendo yo? no lo sabía, pero debía ser fatal.

Iba a levantarme y correr en su dirección, o quizás a miles de millas de distancia en dirección opuesta, a cualquier lado.

Noté cómo se alarmó por la situación, echándose hacia atrás en su silla. Una criatura temiendo de un depredador al que había engañado.

Justo en ese momento Yoongi susurró en mi oreja, colocando su mano en mi espalda.

—Ahí viene el primero, sonríe.

Romance. | yeongyu [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora