Capítulo 14

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Toqué el timbre de la casa de Beomgyu y metí mis manos heladas en los bolsillos de mis pantalones; El frío sin sentido del verano. Tenía unas ojeras de mapache espantosas, no había dormido absolutamente nada —como ya se me estaba haciendo costumbre— los nervios no me dejaban.

Escuché pasos del otro lado de la puerta y el sonido de la clave ser pulsada, enseguida se abrió.

—Hola Yeon, pasa, hace frío —dijo Beomgyu haciéndose a un lado, temblando por el viento del exterior.

Se veía precioso, llevaba puesto unos jeans negros y un gersey color crema. Hice una reverencia y me quité los zapatos para entrar.

Era una casa espaciosa, ya desde afuera se notaba. De paredes celestes y muebles de madera clara. Una de las paredes de la sala era un ventanal gigante que mostraba el jardín lleno de arbustos y flores.

Sí, esa era la casa de Beom. Cuando me envió la dirección por mensaje me imagine algo de ese estilo, no era un barrio de casas sencillas.

Me senté en el sillón y dejé la mochila a un lado.

—Es linda ¿vives solo?

—Sí —dijo sentándose a mi lado en el sillón, con la mochila de por medio— la compré hace dos años.

—Vives de lo que amas...—murmuré. Beomgyu asintió con un sonrojo en sus mejillas.

Lo recordaba más osado... ¿Me lo inventé?

—¿Qué traes aquí? —señaló la mochila.

Me incliné y la abrí, dejando a la vista tres volúmenes.

—Éste es porque quería impresionarte —dije sacando mi edición más usada de Persona, haciendo reír a Beomgyu— éste es porque quiero que lo firmes —saqué un libro que compré antes de ir a su casa.

Beomgyu se quedó con la boca abierta. Era su libro, Fairy of Shampoo.

—¿L-lo leíste? 

Negué.

—Planeo hacerlo después de que discutamos algunas cosas.

El asintió temeroso. Faltaba sacar un libro de la mochila.

—¿Por qué traes el retrato de Dorian Gray?

Suspiré. Era el momento. Tomé el libro en mis manos y lo abrí con ayuda de un post-it que marcaba la pagina exacta. Empecé a recitar.

—Sucede a menudo que las verdaderas tragedias de la vida se desarrollan de una manera tan poco artística, que nos hieren por su violencia cruda... —paré, leí un poco más abajo y continué— A veces, sin embargo, una tragedia que posee elementos artísticos de belleza atraviesa nuestra vida; si estos elementos de belleza son reales, despierta en nuestros sentidos el efecto dramático...

—¿Me consideras una tragedia?

No contesté de inmediato, en cambio cerré el libro y me acomodé en el sillón para quedar viéndole de frente.

—Pasé bastante tiempo sufriéndote, por supuesto que fuiste una tragedia —dije con obviedad— pero solo estoy siendo dramático, eres algo así como la cosa más fascinante que me ha pasado.

Beomgyu se mordió el labio, sin ser consciente de que me sentía muy tentado de morderlo por él.

—Fui un idiota —dejé caer la mochila al suelo para acortar la distancia— estuve odiando el romance en la ficción porque los personajes se obsesionaban insanamente, se lastimaban entre ellos, y hacían cosas ridículas. Pero terminé siendo parte de ello; me sentí obsesionado, lastimado y ridículo porque no podía verte, incluso estoy diciéndotelo ahora, Beomgyu, de alguna manera me diste mi merecido, parezco un jodido protagonista de shojo.

La risa boba de Beomgyu se escuchó como música en el silencio de la sala. Su cercanía me dejó ver como hasta sus ojos sonreían. Era tan hermoso.

Cuando las risas murieron me miró intensamente, colocó su mano detrás de mi nuca, y yo lo sujeté de la cintura. Nuestras respiraciones se mezclaron.

—Quiero besarte —admití embelesado.

—¿No tienes novia?

—Ya no, ella también me dio mi merecido.

—¿Tu ojo...?

Asentí. Por supuesto que él lo había notado. Soobin estaría decepcionado si supiera que su maquillaje no funcionó.

Con cuidado se acercó a mi ojo herido y besó mi párpado.

—Ya veo, pero ¿Esto no es demasiado romántico y cliché para ti?

Me encogí de hombros, uniendo nuestros labios y sintiendo su risa. Suspiramos complacidos.

¿A quién demonios le importan los clichés cuando besas a quien quieres?

Romance. | yeongyu [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora