Final

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Me dispuse a leer el libro de Beomgyu, y no más pasar la primera pagina me di cuenta de que era un retelling de la sirenita, aclarando muchas de mis dudas.

Iba más o menos así.

La sirenita, en éste caso llamada Halle, no se enamoraba del príncipe justo después de salvarlo, porque él después de verla la rechazó alegando que era un monstruo. Ella intentaba hacerle cambiar su prejuicio, y cada vez que el príncipe volvía a navegar, ella se aparecía y le cantaba. Después de meses, el príncipe se encariñó con ella. Cada vez que él escuchaba su canto a escondidas, burbujas cristalinas rodeaban su nave. Lo que él no sabía, es que la tripulación del barco planeaba capturar a Halle por tener la osadía de embrujar a su príncipe. Y en uno de sus ataques, los marineros fueron emboscados por las burbujas, que no les permitían acercarse a los amantes. Descubrieron que la magia provenía de un hada, un ser que protegía con su espuma los encuentros de Halle y el príncipe; que protegía a todos los romances puros. Así que mataron primero al hada y luego fueron por la sirena. El príncipe, que nunca estuvo hechizado, sino enamorado, trató de impedirlo, pero sin las burbujas solo pudo armarse con valentía, muriendo en el intento de proteger a su amada, y cayendo en las profundidades del mar. Halle no encontró manera de salvarlo. Sus lágrimas se inflaron con oxígeno, volviéndose espuma y mezclándose con la sangre salada. Muriendo juntos en la oscuridad del profundo mar, y con el tiempo sus cuerpos desaparecieron, dejando en su lugar dos anillos con perlas que simbolizaban el miedo y la valentía, las dos caras del amor. Ningún marino tenía permitido coger las perlas, o desaparecerían convirtiéndose en espuma, pero si dos amantes puros e imposibles las encontraran, tendrían asegurado un amor protegido por las leales hadas del shampoo.

Era una historia preciosa, una especie de fusión entre el trágico Romeo y Julieta y el primer cuento de la sirenita. Me hizo reflexionar bastante. Leer algo de Beom era como oírle hablar; el tono era el mismo, la dulzura también, y ese lado critico y subjetivo que tanto lo caracterizaba. Lo unico que me sorprendió es que no terminara en un final feliz, como se acostumbraba en las historias de amor. En general fue lo que inspiró la idea que estaba por llevar a cabo.

Desempaqué una maquina de hacer burbujas que Soobin consiguió para mi y la conecté junto con unas luces de muchos colores, fui por dos cosas que tenía escondidas en mi mochila y las coloqué sobre la mesita de la sala. Apagué todas las luces de la casa, sentándome en el suelo esperando que Beomgyu llegara, hipnotizado por la luz de las luces reflejada a través de las burbujas.

Esperaba que fuera lo suficientemente romántico, y que si la atmósfera mágica no funcionaba, lograr mi objetivo con mis palabras.

Escuché la puerta abrirse, chirriando con lentitud.

—Yeonjun~ ¿estás? —pasos— ¿Qué pasó con la luz?

Lo vi entrar en la sala y quedarse en shock por las burbujas a su alrededor y las luces de colores pintando su cuerpo entero vestido de negro.

—¿Q-qué...?

—Bienvenido —le extendí una mano para que se sentara a mi lado en el suelo.

—¿P-por qué hiciste todo esto?

—Quería que fuera romántico, lo siento si no lo conseguí —me disculpé atropellando las palabras.

—Es romántico, ¿pero para qué...? —se dejó caer en la alfombra y siguió mirando todo embelesado.

Por fin pude tomarme las cosas con normalidad, con mis manos acerqué el rostro de Beomgyu al mío y recorrí sus mejillas con mis dedos, se sentían un poco calientes.

Romance. | yeongyu [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora