Hace algunos años no entendía como es que alguien encontró figuras uniendo las estrellas
¿Quién se podría haber dado a la tarea de deslizar sus dedos sobre el cielo para encontrar a Hydra o a Casiopea?
Fue hasta la noche que observé su espalda y conté 58 lunares que me invitaron a recorrerlos trazando líneas imaginarias, para darme cuenta que de desorden tenían poco y de figuras tenían más «constelaciones» pensé,
porque entre todas sus estrellas de tinta lunar juré ver desde Orión hasta Cygnus y entre 2.537 millones de años luz desde sus hombros hasta Andrómeda
«Todo tenía sentido ahora»
Él y su complejo de proclamarse teoría de la colisión para demostrar el paso tan corto que está de ser ley porque al impactarse conmigo siendo yo tan cuerpo terrestre y a la vez el tan celeste, prueba que el choque de dos astros aparte de caos, desprenden magia y de entre tantas estrellas también se forman lunas.
Pero esto de astros sin luz se queda corto si hablamos que de sus ojos nacen sistemas solares mientras que en sus pecas están todas las runas que hablan de los asterismos y las rutas que siguen los asteroides cada 75 años, Halley pasó en el 86 y eso solo era para anticipar su llegada, así como cada lluvia de estrellas que seguro es homenaje en su honor por cada desvelo que le rinde a la vida.
Y es que todo este tiempo los finales del mundo no se referían a cometas,
a veces creo que los Mayas
siempre se refirieron a él.
