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Era miércoles en la noche, estábamos juntos haciendo las tareas del cole. Yasuhiro cuando está estudiando es como si yo no existiera, me enoja pero no lo digo.

-Terminé. -Dije.
-Yo ya casi.

Me quedé viéndolo, para ser sinceros, Yasuhiro podría ser un modelo, ni siquiera tendrían que maquillarlo mucho... Es que es simplemente el hombre perfecto.

-Al fin terminé. Me estaba volviendo loco.
-¿Estaba muy difícil?
-No, es que me moría por mirarte.

Me abrazó, nos acostamos, comenzó a acariciar mi cabello. Lo miré y tomé su cara con ambas manos.

-Deja de acariciar mi cabello, ¿Entendiste?
-¿Por qué?
-Porque me da sueño.
-Sabes, estuve pensando en que muy pronto voy a entrar a la universidad, faltan seis meses.
-¿Qué piensas hacer?

Abordar este tema me enferma, básicamente, me vuelvo débil... Siento miedo de que encuentre a alguien mejor que yo, que sea de su edad, con más cosas en común, maduro. Sin embargo mi cara se ve igual, lo sé, nadie se entera de mis sentimientos, ni por mis expresiones ni por lo que sale de mi boca porque de por sí es lo contrario a lo que pienso, así es casi siempre.

-Siempre quise ir a la universidad de Tokio.
-Ya veo.
-Está cerca, a una hora.
-Pero supongo que vas a vivir allá si entras a esa universidad.
-Por eso me preocupo.

Nos quedamos en silencio, mis manos aún sostenían sus mejillas... Me duele sólo pensar que no lo veré diario.

-Vendría cada viernes y me quedaría hasta el lunes en la mañana.
-En verdad piensas ir a esa, ¿No?
-No estoy seguro de si voy a pasar el examen.
-Lo más probable es que sí, eres muy inteligente.
-Kuza... Debo preguntar porque si no me voy a explotar. -Me reí, qué expresión es esa.
-¿Qué es? -Pregunté intentando ser serio.
-Te da igual si nos vemos cada día o cada fin de semana, ¿No? Es que estás tan desinteresado en ese tema que parece que no es un problema.
-Siempre haciendo preguntas raras... Cambiando de tema, mañana quiero que me compres helado.
-Bien. Te compraré helado.
-Por cierto, no.
-¿Qué?
-Simplemente no.
-¿Sí te importa?
-¿Tú qué crees?
-Que no.
-¿Por qué siempre estás creando ideas locas en tu cabeza?
-Porque no pareces muy interesado en que esté acá.
-¿Qué te hace pensar eso?
-Nunca me llamas, nunca me envías mensajes, nunca vas a buscarme a casa si no te lo pido, nunca vas a mi clase a buscarme, no me dices que me quede cuando voy a irme y tu cara nunca se muestra preocupada.
-Tú me quieres, ¿No?
-Por supuesto. Te quiero muchísimo.
-Entonces todo está bien. De mi parte y de tu parte.
-Te lo pido en serio... Dime si me vas a extrañar, dime si te importa verme.
-¿Me lo pides?
-Sí, por favor...
-La verdad, es que eres muy tonto.
-Inmaduro.
-Aún así sufres por mí.
-Sí, seguro mi cabeza no funciona bien.
-Me alegra que funcione así.

Me miró sonriente... Es lo máximo que puedo decir. Le di un beso.

-Sólo soy dos años menor que tú, cuándo me gradue iré a la universidad que vayas.
-Kuza... ¿Lo dices de verdad?
-Sí. Así que deja de preguntarme cosas raras y quédate tranquilo.

Bueno, a veces puedo decir un poco de lo que siento... Es que me preocupa ese tema, pero no se lo diré, debo ser su soporte.

El Hijo De Tu Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora