十一

872 89 8
                                    

-Pasé a la universidad.
-Oh, ¿En serio?

Estaba en shock, a pesar de eso seguí mirándolo con la misma cara seria de siempre, él estaba esperando una reacción.

-Estoy feliz por ti, aunque no es una sorpresa que hayas pasado.
-Gracias...

Me estaba mirando con decepción, ¿Pero qué puedo hacer? No soy de las personas que gritan de alegría... Menos cuando me siento como que voy a romper en mil pedazos.

-Así que... ¿Empiezas en dos meses?
-Sí.
-¿Estás emocionado?
-Supongo que sí.
-Supones... ¿Qué te pasa?
-A veces me dan ganas de gritarte.

¿Ahora quiere pelea? No puedo con esto... Estando en la sala de su casa, con toda su familia cerca. Es mucha presión.

-¿A qué va eso?
-¿No te vas a enojar? Me voy a ir lejos.
-¿Quieres que llore y me queje como un niño? No, no soy así.
-Yo te...
-¡No! No digas eso.
-Te amo.
-¡Te odio, te odio, te odio!
-¿E-en serio?
-Deja de molestarme, estamos con tu familia, van a darse cuenta de todo.
-Dime que me amas.
-No.
-¿Vamos a mi habitación?
-No, ya sé qué quieres.
-No, tú lo quieres y yo te lo voy a dar.
-¿Y tú no quieres?
-Obvio que sí.
-Tonto.

/////////////////////

-¿Compraste sábanas nuevas? Son suaves.
-Sí, me las dio mi tía por entrar a la uni.

Su tía le da sábanas, su papá le da una tarjeta, su mamá ropa, sus hermanos accesorios... ¿Y su novio no le da nada? No me gusta eso, debo ser el primero, el que más se preocupa por él.

-¿Quieres que yo te de un regalo también?
-No, no es necesario.
-¿Qué quieres que te de?
-¿Insistes?
-Es una orden. Déjame darte un regalo. ¿Quieres un reloj? Dime.
-¿Me darás lo que quiera?
-No soy millonario, pero sí.
-Ok. Ya lo dijiste, tienes que prometerlo.
-Lo prometo.
-Bueno, luego te lo diré.
-No sé por qué siento que estoy metiéndome en la boca del lobo.
-¿Qué lobo? Voy a golpear a cualquiera que se te acerque.
-El único lobo eres tú, tonto.
-Sólo espera.
-Insisto, estoy cavando mi propia tumba.

Yasuhiro se sentó a mi lado y empezó a frotar su cabeza en mi hombro como si fuera un gato meloso. Le di unas palmadas suaves en la pierna.

En serio quisiera decirle que odio la idea de tenerlo lejos, pero ya me conocen, soy orgulloso y me trago mis sentimientos sólo por mantener mi imagen de chico frío y distante... Y no es que finja siempre, es que con Yasuhiro siento que puedo perder la vergüenza y eso me preocupa bastante, en cualquier momento explotaré y quedaré en ridículo. Sólo espero que nadie me vea.

-¿En qué piensas?
-Cosas.
-Kuza... ¿Pensaste en lo lejos que vamos a estar?
-Sí.
-¿Sabes cómo es ver a tu novio cada seis días?
-No, ¿Es que tú sí?
-Sabes a qué me refiero.
-Ajá...
-¿Por qué te ves tan tranquilo? En serio me rompes el corazón, no te ves para nada triste o preocupado.

Cállate, no sabes cómo me estoy sintiendo. Si le digo lo que siento estoy 100% seguro de que no irá a esa universidad... No puedo arruinarle sus sueños, no debo ser egoísta. No más de lo que soy.

-Yo... Quisiera saber si todavía me quieres. Somos novios hace mucho ya y aún dudo de tus sentimientos.

Se apartó y tomó mis manos, me miró a los ojos... Si pone esa cara de cachorro obviamente me debilito. Aún así no aparté la mirada.

-Quítate la ropa. -Dije en voz baja.
-No. ¿Por qué siempre que te pregunto sobre esto me pides lo mismo? No soy un tonto, estás hiriendo mis sentimientos.
-¡Sólo hazlo! Por favor.

Yasuhiro me miró asombrado... No entendí por qué. Soltó mis manos y empezó a quitarse la ropa. Mi corazón latía rápido, a pesar de que verlo desnudo me provoca eso, yo sé que esta vez es porque tengo miedo de perderlo.

-Tú... Dijiste "Por favor".
-Oh...

Es cierto. Normalmente le ordeno hacer todo, nunca se lo pido... Debo sentirme muy mal como para pedirle eso. Me puse de pie y empecé a quitarme la ropa. Cuando ya estábamos ambos en ropa interior, Yasuhiro se acercó, me acosté en la cama, él se acostó a mi lado y me abrazó.

-¿Qué haces?
-Lo siento... debes sentirte presionado, siempre te digo que quiero que me confirmes tus sentimientos.
-No, no me siento presionado.
-Pero actúas raro...
-N-no.
-Tartamudeas incluso.
-Sólo bésame, tócame... Quiero sentirte.
-¿Estás bien? Hablas raro.
-No, estoy bien.

Empecé a llorar... No, ¿Qué hago? No lloro, soy fuerte, soy frío e insensible... Es culpa de Yasuhiro, me vuelve débil.

Me abrazó con fuerza mientras me besaba desesperadamente. No puede ser que esté llorando, nunca hago esto.

-¿Por qué lloras?
-Cállate. Sólo hazlo ya.
-Pero...
-¡Lo necesito, te necesito, te quiero, te amo, eres lo más lindo que me ha pasado! Ya no aguanto más... No quiero que te vayas lejos, tengo miedo de que encuentres a alguien mejor que yo.

Yasuhiro limpió mis lágrimas con delicadeza, tomó las cobijas y nos cubrió con ellas, me abrazó con su cálido cuerpo, subiendo su pierna sobre las mías.

-No llores más, tranquilo... ¿Quieres agua?
-N-no...

Exploté antes de lo que creí... No pensé que rompería en llanto de esta forma, mis hermanos se van a preocupar.

-¿Por qué no me habías dicho nada todo este tiempo? Sólo falta un mes y apenas me lo dices.
-¿En serio preguntas?
-Ok, es una pregunta tonta. Lo siento.
-No, está bien. Ya me siento mejor.
-¿Qué quieres que haga?
-Lo que tú quieras.
-Yo quiero... Estar contigo y hacerte feliz.
-No, no te vas a quedar por mí.
-Pero yo...
-¡Que no! No soy tu esposo ni tu hijo, no necesitas hacer eso por mí.
-Pero te amo.
-No, no es una razón valida para renunciar a tus sueños.
-Entonces ven conmigo, podemos vivir juntos...
-Pero mi colegio...
-Te transfieres y ya.
-Dices todo como si fuera tan fácil. ¿Crees que mis papás van a dejarme?
-No, tienes razón... Aún no terminas el colegio.

Bueno, supongo que tendré que aguantarme las ganas de estar con Yasuhiro y aceptar que nos veamos cada seis días.

El Hijo De Tu Amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora