Capítulo 16

10.2K 926 148
                                    

Kaylee

Después de que los chicos abandonen mi apartamento, exhalo profundamente y me dirijo a Bruce con una expresión seria.

—Estoy preparada.

Él me observa aturdido.

—¿Qué?

—Para... hacerlo.

—Sabes que no tengo prisa, Kay.

Esos pequeños detalles hacen que me guste mucho más, pero no puedo frenar el deseo que siento por él. He soñado con este momento en varias ocasiones. Bruce se ha convertido en un hombre tan especial e importante para mí que admito que me asusta. Estas últimas semanas han sido las más felices de mi penosa existencia, y confío en que a partir de hoy serán muchas más. Él no es como Jack, se ha encargado de demostrármelo.

—Lo sé, pero quiero hacerlo —susurro, incapaz de mirarlo por la vergüenza.

—Mírame, no tengas miedo —dice acunando mi rostro —Tendré cuidado, ¿sí?

Asiento, limpiando el sudor de mis manos en el pantalón. Sí, estoy bastante nerviosa. Ya ni recuerdo cómo se sentía hacerlo.

Tomándome por sorpresa, me coge en volandas y me lleva hasta su habitación. Ya en la cama, se coloca encima de mí con agilidad y su mirada recorre cada una de mis facciones, deteniéndose en mis labios.

—Yo también moría por hacértelo —musita a centímetros de mi boca, para luego besarme con pasión.

Su lengua recorre mi cuello e inconscientemente me tenso cuando su mano se cuela dentro de mi pantalón.

—Relájate... —obedezco y permito que siga tocando mi intimidad por encima de la tela del tanga. Acto seguido, se deshace de mi pantalón, aparta la fina tela y pasea sus dedos libremente por mi interior —Mierda... estás muy excitada —su voz ronca en mi oído provoca una oleada de calor por todo mi cuerpo. Nunca he estado tan puesta.

Cuando introduce sus dedos profundamente, un gemido se me escapa y echo mi cabeza hacia atrás. Después sus manos buscan mis pechos, arrebatándome la camiseta. La inseguridad comienza a apoderarse de mí, y me los cubro.

—Son... son muy pequeños.

—¿Y eso qué? —murmura mientras desabrocha mi sujetador, quedando totalmente expuesta frente a él —Eres hermosa tal y como eres, y me encargaré de hacértelo sentir.

Mi pulso se dispara ante sus dulces palabras, y de repente me siento estúpida por haber dicho aquello. No tengo por qué dudar de él, yo sé que le gusto verdaderamente.

Entonces su boca divaga en mi escote, succionando mis senos y haciendo que mis pezones se endurezcan. Maldita sea, estoy ardiendo. Tengo la libido por las nubes y quiero más. Necesito más.

Como si hubiera escuchado mis pensamientos, esboza una pequeña sonrisa y deposita besos por mi vientre hasta llegar a mi zona íntima. Me baja el tanga tan rápido que no me percato de lo que viene a continuación hasta que siento su lengua en los labios de mi vagina, arrancándome varios jadeos.

—Bruce... —susurro, queriendo que continúe.

Sigue jugueteando con mi clítoris de una forma que me enloquece y trato de mantener mis ojos abiertos. No sé qué me excita más, su lengua en mi interior o ver en su mirada el disfrute de darme placer.

Me hace retorcerme en la cama, mis manos se aferran a las sábanas mientras varios gemidos escapan de mis labios. Jamás me habían hecho sexo oral, y he de admitir que me encanta. Pero también anhelo sentirlo dentro de mí, por eso le suplico que se detenga con esta dulce tortura.

—Te quiero dentro de mí... —digo entre jadeos.

Él me ignora acompañado de una sonrisa pícara, y sigue torturándome con su lengua despiadadamente. Justo cuando estoy a punto de estallar en mil pedazos, él se detiene. Se despoja de su ropa y queda desnudo frente a mí. Mis ojos se abren con miedo al ver el gran tamaño de su miembro. Sé que cabrá dentro de mí, pero también que me dolerá como el infierno.

Sube por encima de mí, abre mis piernas y, lentamente, introduce la punta de su miembro, haciendo que ahogue un grito de dolor.

—Relájate, estás muy tensa —susurra contra mis labios, antes de besarme. Sigue introduciéndolo poco a poco hasta que el dolor desaparece, y mi intimidad se adapta perfectamente a él. Comienza a embestirme con pequeñas estocadas, amo que sea tan delicado, pero necesito más.

—Más duro... —esas palabras son suficientes para acelerar su respiración y embestirme con fuerza, moviéndose más y más rápido. Mis manos se van a sus hombros y mis uñas se clavan en su piel. Un gruñido se escapa de su boca, y no me espero lo que hace a continuación. Aprieta mis muslos y me atrae hacia él, colocando mis piernas sobre sus hombros. Oh, joder. Sus embestidas son más profundas, y temo que voy a explotar en cualquier momento.

—Dámelo —exige con fiereza, mis gemidos se hacen más fuertes al ritmo de sus embestidas, hasta que finalmente alcanzo mi clímax. Eso fue... demasiado intenso. Segundos después llega a su propio orgasmo, y su cuerpo cae exhausto a mi lado.

—Joder, Kay, es la primera vez que lo hago con tanta pasión —murmura con la respiración agitada, girándose hacia mí para mirarme fijamente —Tú me haces sentir algo inexplicable.

Mi corazón da un vuelco al escuchar sus palabras, y grito internamente de felicidad.



_________________________________________

Disculpen por tardar tanto en actualizar 😥

Espero que les haya gustado el capítulo tanto como a mí 🥰❤❤ En unas horas subiré el siguiente!!!!!

Al otro lado de la pared ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora