Eternos II - Desnuda Tormenta (Secuela)

Capítulo 4: Bonnie. (Maratón 1/3)

-¡Bonnie!- gritó alguien lejano, volteé a ver hacia atrás y era Daniel dirigiéndose rápidamente hacia mí. Coloqué los ojos en blanco aguardando paciencia.

-Vaya que se nota que te agrada- dijo James con sarcasmo.

-Simplemente, calla- susurré a James cuando Daniel estaba cercano a mí.

-Hola- dijo Daniel hacia mí, no se había percatado de la presencia de James -Te vi salir de tu aula, así decidí que como ya me tengo que ir también podría llevarte hasta tu casa-

-Me encantaría pero vine en mi carro- dije señalando el Mazda 2 plateado que tenía a mi lado.

-Pero si cuando venía vi cómo le salía humo por el capó- dijo Daniel y miré el carro preocupada, pero era verdad, me había entretenido hablando con James que había pasado por alto el humo.

James gruñó detrás de  mí y vi como Daniel sonreía.

-¿Qué ha pasado?- pregunté confundida -¿Por qué no me habías avisado?- añadí esta vez dirigiéndome a James.

-Tampoco me había dado cuenta, es como si hubiese aparecido por arte de magia- dijo raramente enojado.

Avancé hacia el capó y lo levanté, me rodeó humo en cuestión de segundos y se esfumo rápidamente.

-No puedo creer que esto me pase- dije para mis adentros.

-Creo que deberías aceptarme mi propuesta- dijo Daniel con una sonrisa de oreja a oreja. Sonreí desesperadamente.

-Yo sé un poco sobre carros, si quieres puedo ayudar en algo- dijo James bajándose de la motocicleta.

-Cállate, Cooper- susurró Daniel casi con los dientes chirriando.

-¿Cooper?- pregunté sorprendida. James miró a Daniel sonriente.

-Es mi apellido- contestó James.

-Entonces se conocen-

-Hace tiempo atrás que no lo veía- dijo Daniel tensó -No debería andar libremente- añadió y se me vinieron un montón de imágenes de James como criminal o como el malo de la película. Después de todo lo acababa de conocer.

-No he herido a nadie, al contrario tuyo- dijo James y retrocedí del lado de Daniel.

-No le vas a creer a este…- dijo y como si sintiera nauseas tuvo que pausar –Desconocido, por no decir otra cosa- James volvió a proferir un gruñido poco humano.

Los miré a ambos reparando cada gesto y hasta mi imaginación jugó conmigo creyendo que por el silencio que se prolongaba podía escuchar los pálpitos de los corazones que me rodeaban. El de Daniel estaba acelerado, como si sus latidos ocultaran algo, el de James también se aceleró como si estuviese alegre, más bien eufórico.

-Eras tú- dijo una voz a mi lado interrumpiendo el silencio. Noah. ¿Tanto tiempo había pasado que alcanzo a terminar la clase?

Noah se dirigía a James.

-También me alegra verte, Noah- dijo James sonriendo.

-¿Ustedes también se conocen?- pregunté confundida.

-Un viejo amigo- dijo Noah.

-Yo describiría nuestra relación exactamente como amistad- dijo James mirando fríamente a Noah. ¿Habían sido algo más que amigos? Una explosión calorosa se dio en mi pecho.

Debo controlar mis hormonas.

-No vayas con James- dijo Noah como si me lo estuviese ordenando. La sensación calorosa muy reemplazada por una llama que me quemaba, hiriéndome, rabia.