Kimetsu No Yaiba - Moderno

Cita II

El hermano mayor de los Kamado caminaba rumbo a la casa de los Kocho.

Por el camino no evito saludar a algunos compañeros y conocidos que se encontraban caminando también por ahí, aunque sintió un olor algo raro que apareció de la nada.

Miró detrás de él, pero el olor se desvaneció tan rápido como apareció — Huele muy parecido a mi... — rió y siguió caminando — Es imposible que dos personas tengan el mismo olor

[ Narrador: Demon Tanjiro ]

Me había dispuesto a seguir a "Tanjiro", aunque es bastante caótico lo que sucedía, era como verme en un espejo, pero el reflejo era el yo de hace 100 años.

No sabía muy bien para donde iba, tenía aún que mejorar mi oído, podría practicar y mejorar fácilmente, pero iniciar a hacerlo en la ciudad era algo complicado, ya que sonaban muchos ruidos innecesarios.

Seguí a mi descendiente hasta que pude sentir que este se voltearía a verme, oculté rápidamente mi presencia y escapé del lugar, aunque lo hice acercándome más a él.

Caminó detrás de este durante un tiempo, hasta que llegó a uno de tantos parques de Tokio.

Se quedó quieto al ver a la persona que estaba esperando a su descendiente — Kanao... — susurró para si mismo, pudo sentir su pecho doler, era la misma chica, su cara, su altura, todo era lo mismo.

Pero esta vez no lo esperaba a él, esperaba a su descendiente.

— ¿Son novios? — No evitó hacerse la pregunta al verlos tan cercanos— Tanjiro qué galán eh... — Rió — Buena suerte

Luego de desear esto, se alejó mucho de la pareja y los siguió desde la distancia. ¿Porqué lo hacía? Porque sentía a un demonio algo poderoso cerca.

[ Narrador: Normal ]

Los dos jóvenes caminaban uno al lado del otro, aunque ambos querían ir tomados de las manos, pero no querían incomodar al otro

— Creo que hay algo raro aquí — Tanjiro miró a todo su alrededor — Siento como si algo o alguien me siguiera, alguien con bastante instinto asesino —

Miró detrás de él, miró hacia el parque, miró en a sus 360 grados, pero nada le era sospechoso.

— ¿Tanji? — La chica llamó la atención del pelirrojo — ¿Sucede algo?

Él le sonrió — No te asustes, pero creo que hay un demonio con ganas de matarme cerca — La chica se asustó, Tanjiro siguió riendo — Dije que no te asustes — Aprovechó el momento y la tomó de la mano

Ninguno dijo más, solo apretaron ese vínculo que los unía y siguieron con su cita, obviamente Tanjiro no bajo la guardia.

Fueron hasta una heladería cercana al parque y se sentaron a comer helado, Tanjiro uno de fresa y Kanao uno de cereza.

— ¿No lo sientes, Kanao? — Tanjiro miraba como el mesero se alejaba luego de dejar sus pedidos — Una mirada llena de odio y ganas de matar está clavada en mi en estos momentos

Kanao dejó la cuchara que le entregaron para el helado en la mesa — La siento, es muy fea e incomoda — Miró hacia el lugar donde creía provenía, pero solo era un callejón — Si es un demonio... ¿Tienes algo para enfrentarlo?

Tanjiro sonrió — Por supuesto — comió una cucharada de su helado — Aunque si es un rango alto y es poderoso, quizás no pueda matarlo y me toque pedir a papá que venga o que envíe ayuda — comió otra cucharada.

— Eres muy descuidado comiendo — Se levantó levemente de su puesto y quitó un poco de helado que el chico tenía en su cara — No eres tan niño para untarte toda la cara — comió el poco helado que tenía en su dedo pulgar — Hmm~ — Miró con algo de sorpresa el helado de chico — Es bastante bueno ¿Cambiamos?

Realmente no tenía malas intenciones, ni pensaba muy bien en lo que había pedido. Solo tomó una cucharada de su helado y se la acercó al pelirrojo sentado frente a ella.

Y por el otro lado, Tanjiro era un mente sana cual princeso, y pues no pensó nada mal y tomó también una cucharada de su helado, comió la que ella le ofrecía y le acercó su cuchara a la chica para que ella también comiese.

Tan pronto como comió la cucharada de helado, un golpe en la mesa se hizo presente. Ambos algo sorprendidos miraron a quien la había golpeado.

— Los veo... muy juntitos eh... — Zenitsu reia de manera extraña — ¿Qué...? — iba a empezar a pelear pero miró hacia uno de los callejones lejanos a ellos — Sinten esa mirada ¿Verdad? — Su enojo y frustración por ver a la pareja se desvaneció en cuention de segundos — ¿Qué sucede aquí? —

Tanjiro se sorprendió un poco; recién llegaba y ya sentía la mirada asesina del demonio que lo asechaba, era bastante bueno.

— Parece que hay algo que me quiere matar por esos lados — Sonrió y siguió comiendo su helado

— ¿Y te ríes? — Le dio una mirada, tal y como alguien ve a un enfermo mental — Estas demente, tan solo su mirada expresa que te odia y que no dudaría en matarte ¿Y tú te ríes? — Suspiró — Los dejare por hoy — empezó a caminar hacia la puerta — Tengan cuidado con eso ¿Okey? — dicho esto se acercó a la puerta y se fue de la heladería

Tanjiro suspiró — Acabemos esto rápido, lo último que quiero es que ese demonio ataque a alguien — empezó a comer más rápido su helado, siendo seguido por Kanao.

Cuando acabaron su helado, pagaron y salieron de el lugar, caminando hacia una camioneta que siempre seguía a Tanjiro.

— ¿Puedes llevarla a casa? — Le preguntó al conductor, el cual asintió — Gracias — Miró a Kanao, la cual se había sentado al lado de él mientras se equipaba los implementos de cazador — Cuídate ¿Si? — Ella sonrió

— Tú... también, cuídate — el chico se desplazó hasta abrir la puerta, se armó de valor y tomó de el hombro de este — Tanji — Él se volteó con un "¿Hmm?" Apenas tuvo la oportunidad de acercó y le dio un pequeño beso — No mueras, te estaré esperando

Tanjiro quedó en shock por unos segundos, luego reaccionó y rió; ambos estaban muy sonrojados

— Volveré — salió de la camioneta y desapareció en cuestión de un parpadeo.

Una sonrisa tonta no se quitaría de el rostro de Kanao en todo el día.

— Señorita Kamado — El chofer la llamó — ¿Desea ir a la residencia de los Kamado o la llevo a su casa?

La sonrisa desapareció y un sonrojo se hizo muy evidente, solo pudo asentir ante la mirada de el chofer mediante el espejo retrovisor.

El chofer rió y empezó su camino hacia la residencia Kamado, ya que no sabía donde vivía la novia de el cazador más poderoso.