Sombra 11

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Onceaba sombra

Mi pijama sigue mojado

No me atrevo a decírselo a nadie. No quiero que nadie lo vea.

Intento bajarme yo solo de la silla cuando nadie mira.

- “Tus sábanas vuelven a estar limpias de nuevo, Christian”.

- ”¿Te has cambiado ya el pijama Christian?”- Dice Grace dirigiéndose a mí.

Ella siempre sabe en qué estoy pensando. Que necesito en cada momento. Siempre.

- “¡Mierda! Es verdad. Se me había olvidado”- dice Carrick

Grace le da un golpecito en el hombro. Creo que no le ha debido pegar muy fuerte porque no se queja. Parece que no le ha dolido.

- “Ven cariño, no te preocupes”- dice Grace acercándose a mí.

- “Voy a prepararte un baño con agua calentita mientras tú y Carrick vais a buscar ropa limpia al armario”.

- “Pondremos a lavar el pijama que llevas puesta.”

Grace no parece enfadada.

No está enfadada conmigo pese a que estoy seguro de que Carrick le ha contado lo que ha pasado. Sabe lo que ha ocurrido. Es imposible que hubiese visto antes ni la cama ni mis pantalones y lo sabía.

La cierto es que hay muchas cosas que no llego a comprender.

Cómo funcionan. Cómo suceden.

Cosas que son parte del día a día de Grace y Carrick. De su casa. De sus vidas.

Cosas como saber qué es lo que quiero. Que es lo que necesito en todo momento.

Hoy siento me siento feliz.

Me siento bien en esta casa. No tengo miedo. Ya no.

A veces pienso en mamá. En ella y en el Hombre Malo.

En ocasiones también recuerdo los guisantes fríos.

¿Cuánto hace que ya no vivo allí?

¿Tendré que volver alguna vez a aquella habitación?

Aún nadie me ha dicho a dónde se fue mami. Quisiera saber dónde está mami.

¿Qué le pasó al Hombre Malo?¿Porqué no he vuelto a verlos?

Aprieto los dientes.

Tengo muchas preguntas cuyas respuestas desconozco. Sé que solo llegaré a conocerlas preguntándoselo a Grace o a Carrick, pero la única forma de hacerlo es hablando con ellos, usando las palabras.

Pero sé que nunca seré capaz de hablar y que por ello nunca conoceré la respuesta.

Sigo sin saber porque me resulta tan difícil hablar.

Día tras día veo como todos los que me rodean hablan entre ellos.

A veces sueño con que soy capaz decir algo a Grace. Ella se alegra mucho y sonríe.

Quisiera poder decir alguna cosa. Articular alguna palabra, aunque fuera una estupidez. Aunque fuese la más grande e incoherente de las estupideces.

A veces puedo oír como retumban en mi cabeza todas las cosas que quiero decir.

Puedo notar cómo se agolpan en mi boca esperando el momento de poder escapar de ella y ser escuchadas por los demás.

Puedo escucharlas en mi cabeza, pero no sé cómo articularlas.

El Origen De Cincuenta SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora