CAPÍTULO 11: LA FIESTA. (Parte 1)

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Miré aturdida al cuerpo sin vida que estaba tendido a mi lado, su joven rostro me miraba con los ojos aún llenos de miedo. Me levanté con el vestido manchado de sangre y tierra. Podía escuchar como Sue lloraba detrás mío. Me encaré con aquellos penetrantes ojos rojos, y al instante me enseñó sus afilados colmillos siseando. Nada más verlo Sue pegó un grito de pánico.

-No, no....¡No por favor! - sollozó histérica - esto es un sueño tiene que serlo... 

Ojalá Sue... Pero desgraciadamente no lo era. Era real. Y yo era la culpable: Venían a por mí.

-A mí es a quién queréis, soltad al chico... me entregaré sin oponer resistencia - mi voz tembló pero intenté mantenerme firme, sus ojos me miraban igual que un animal al acecho - Por favor... soltadle, dejad vivir a mis amigos y os juro que me entregaré.

-¡Emma No! - gritó Noah detrás mío pero le ignoré y caminé decidida hacia ellos.

Pero, como siempre, no ocurrió como yo quería. En mi sexto paso hacia ellos, el sonido a hueso roto resonó en todo el claro del bosque. Le había roto el cuello y después le mordió bajo las risas de sus secuaces y los gritos de pavor de Sue. Estaba claro que me llevarían con ellos pero sus ojos escarlatas sedientos de sangre me indicaban que matarían a todos los que estaban allí conmigo, simplemente por disfrute personal.

HORAS ANTES DE LA FIESTA

-¡Felicidades cariño! - mi padre me dio un beso en la frente y me abrazó a continuación. Mi hermano se acercó con un precioso ramo de rosas rojas y un pequeño paquete envuelto a juego en papel rojo.

-Para el cerebrito de la familia- me tendió el ramo y el regalo.

-¡Venga ya! No hacía falta chicos...- les miré a ambos con lágrimas en los ojos, sonrieron a la vez, muy cómplices. Cogí el ramo y lo olí, me encantaban las rosas rojas. Sin duda era mi flor favorita.

Abrí el paquete ante la mirada ansiosa de los dos. Mi emoción pasó a la confusión total: era un CD en su carcasa y por fuera solo ponía: "Para mi querida hija Emma".

- Muchas gracias pero...¿Ésto qué...?

-Es de tu madre - mi padre me sonrió y le miré totalmente asombrada - me pidió que si llegaba a morir te lo entregase cuando fueras a la universidad. Lo he guardado todo éste tiempo y nunca lo he visto, su deseo era que sólo tú lo vieras - volvió a besarme en la frente - Estoy seguro que es un mensaje muy especial.

En mi habitación lo volví a observar con curiosidad, pasé un dedo por encima de su letra, tan redonda y bonita.

"De mi madre... un mensaje especial sólo para mí. " pensé.

Pero aunque os sorprenda no lo quise ver. No en ese momento. Lo guardé en mi armario, necesitaba tiempo de asimilación para volver a verla y escuchar su voz, aunque fuera una imagen a través de una pantalla no me sentía en absoluto preparada. Sólo de pensarlo, mi corazón volvía a romperse en mil pedazos al recordar que ella ya no estaba. "Si llegaba a morir..." recordé las palabras de mi padre.

En realidad aquél CD era un recordatorio de que ella se había ido para siempre y a la vez era la última chispa de su vida que me quedaba.

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-Entonces... ¿Eres un vampiro y puedes caminar a la luz del día? - escuché la risa de Sam mientras me maquillaba. Durante esos días me había acostumbrado a su presencia y debo confesar que me encantaba escuchar su voz.

-Eso sólo ocurre en los cuentos para niños. Siento decirte que ni nos mata el sol ni nos matan los ajos. Sólo el Reisk. La plata nos debilita - terminé de hacerme la raya del ojo a lo "Pin-up". Esa noche era la fiesta en casa de Sue. Siempre solía celebrar una al final de cada trimestre, además provenía de una familia adinerada así que en sus fiestas la diversión siempre estaba asegurada.

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