MUÉRDEME.

CAPÍTULO 5: FALSA TRANQUILIDAD

 ~Jared en multimedia~

Pasaron los días y no supe nada de aquel misterioso chico : Sam.
Intenté retomar mi vida después de todo lo que había pasado, pero no os voy a mentir: cuando caía la noche una sensación de miedo me recorría entera.

Hice los últimos exámenes y pronto haría el exámen de admisión de la universidad así que intentaba no pensar en otra cosa que no fuera estudiar.
Me senté con Sue en el gran comedor del instituto. Había elegido puré de patatas y carne, no era de mis platos favoritos pero era lo único decente a simple vista, las demás opciones no tenían muy buena pinta.

-¿Crees que debería de invitar a Chase a mi fiesta? - Sue sorbió lo poco que quedaba de su zumo.

- Uuhh Chase ¿Eh? - la miré complice y Sue me dió un empujón riéndose.

-¡No seas tonta! Es mi compañero en clase de matemáticas y la verdad es muy agradable- declaró y abrió una bolsa de patatas fritas campesinas.

- Ya... claro... muuuuuy agradable - rodé los ojos riéndome y volvió a empujarme - De acuerdo, dejo la tontería. Invítale, ¿Por qué no?¿Qué hay de malo?- removí el puré de patatas sin mucha hambre.

Sue se puso roja y comió cuatro patatas fritas de golpe -¿Tu crees que querrá venir?.

La mire de soslayo -A ti lo que te pasa es que te gusta Chase - dije en voz baja y Sue se alarmó, miró a ambos lados y me hizo un gesto con el dedo, indicando que me callase.

- Si no le invitas tú, le pienso invitar yo - declaré. Sue me miró asustada.

-Ni se te ocurra Emma Stone- siempre decía mi apellido cuando me hablaba muy seria o enfadada.

Me reí, Chase era un chico tímido y muy lo que se dice "nerd", siempre sacaba buenas notas y era amable. A mi me gustaba de novio para Sue. Ella no lo había dicho en alto pero si calculo bien, creo que lleva pillada por él desde primero. Había que darle un empujoncito a la cosa.

- ¡Hey Chase! - Levanté la mano y la agité en el aire en medio de todo el comedor- ¡Chase! - volví a llamarle, Sue me agarro del brazo y lo bajo de golpe con la cara completamente roja. Me reí como nunca. Chase me miró desde la mesa de enfrente y me sonrió, devolviendome el saludo. Me levante y me acerqué a su mesa, donde se sentaba con otros dos chicos que eran igual de inteligentes que él. Sue me intentó frenar en vano.

- ¿Quieres ir a la fiesta en casa de Sue el sábado que viene, después del examen de admisión? Estás invitado- me miró sorprendido y luego a Sue.

- No es obligatorio si no quieres... o no te apetece de verdad- tartamudeo Sue sonriendo muy nerviosa y acicalándose el flequillo.

Chase la miró igual de nervioso - Claro Sue... estaré encantado - "Aquí hay química" pensé sonriendo, "Bravo cupido Emma". - Tus amigos también pueden venir - les saludé con la mano sonriendo y me devolvieron el saludo tímidamente.

- Pues... ¡Nos vemos en la fiesta! - cogí del brazo a Sue y la arrastré, muerta de la vergüenza, de nuevo a nuestra mesa.

- ¡Cómo has podido! - me dió un golpecito en el brazo.

- De nada. Cupido Emma a su completa disposición - la saqué la lengua y nos reímos al unísono.

- ¿De qué os reís tanto eh? - Noah apareció por detrás mío y me dió un beso en la frente.

-Estamos organizando la fiesta de Sue - le miré desde abajo, sus ojos verdes lucían más claros desde esa perspectiva. Me dió un beso y Sue carraspeo de fondo.

- Me parece genial, te llevo a casa después de clase ¿Sí? - Asentí y le di otro beso antes de despedirme y ver como se marchaba a la mesa de los deportistas del instituto.

-Hablando de amor...- volvió a carraspear Sue de forma burlona.

- Cállate tonta- sonreí y la quite una patata de la bolsa.

-Por cierto bonita chaqueta, ¿Es de tu hermano o de Noah? - preguntó y casi me atraganto con la patata frita. Quiero aclarar que aveces me pongo ropa de mi hermano, me encanta la ropa de hombre.

-Eemm- Miré la chaqueta de Sam encima de la mesa. No sabía muy bien qué decir. No os voy a mentir, usaba su chaqueta de vez en cuando, además había dicho que me la podía quedar ¿No?. Sue me miraba expectante - S-Sí, es de mi hermano... ¿Es bonita verdad? - Sue asintió extrañada pero no insistió, aunque después de tantos años juntas seguro que no se había tragado aquella mentira. Se me daba fatal mentir. Me limité a disimular y a seguir comiendo como si nada ya que estaba a punto de acabar la hora del almuerzo.

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Sonó el despertador, creo que era la quinta vez que sonaba. Busqué a tientas mi móvil en la oscuridad de la habitación y lo apagué. Remoloneé de nuevo en la cama, me pesaba todo el cuerpo. Habían pasado dos semanas tranquilas, llenas de tardes de estudio en la biblioteca con Sue y alguna cita con Noah. No había habido más ataques ni cosas raras. Hasta ese día.

Entré en la cocina soñolienta, cogí mi tazón de leche, mis cereales favoritos y me senté a comerlos tranquilamente. Ese día tenía el examen de admisión a la universidad y, la verdad, no estaba tan nerviosa como esperaba.

-¡Buh!- Jared me toco por detrás y pegué un bote en la silla tirando casi medio tazón de leche con cereales de chocolate por la mesa.

- ¡Serás idiota! - le di en el brazo mientras él se partía de risa.

- Ya te vale, siempre igual si no eres tú es papá- pasé un paño de mala gana en la mesa, limpiando el estropicio que había preparado en un momento. Mi hermano tenía una competición con mi padre para ver quién me asustaba más. Aunque en el fondo no tienen mérito alguno: admito que soy fácil de asustar. Jared se sentó en frente mío con otro tazón de leche.

- Hoy tienes el examen ¿no? - asentí mirándole de mala gana mientras echaba de nuevo leche y cereales en mi tazón.

- ¿Al final vas a elegir la universidad Stanisford y harás medicina? - volví a asentir. Desde que mamá había muerto de cáncer quería estudiar medicina.

-Mucha suerte hermanita, tú puedes. Estoy seguro de que vas a aprobar - esta vez no pude contener una sonrisa, rompiendo mi enfado. Con mi hermano no podía estar enfadada mas de cinco minutos. Papá entro en la cocina muy serio y vestido con el uniforme de policia.

-¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo?- preguntó mi hermano al verle la cara. Terminé mis cereales y me puse a fregar.

-Quiero que me escuchéis atentamente: No quiero que os acerquéis al bosque o a las zonas cercanas - me giré frunciendo el ceño, Jared y yo nos miramos - Hemos encontrado a dos chicas muertas. El forense nos ha asegurado que una murió hace una semana y la otra ayer por la noche. - sentí un nudo en el estómago, estaba pálida. "¡¿Muertas?! ¿Las habrán matado esos vampiros? Yo podría haber sido una de ellas" tragué en seco - Estamos investigando y aún no hay sospechosos pero por favor, hacedme caso y tened cuidado... ¡Ah! y cualquier cosa rara que veáis o escuchéis me lo comentáis - asentimos a la vez en silencio - Bueno después de esto...- se acercó y me dió un beso en la frente - Suerte cariño, lo vas a hacer genial - le sonreí sin ganas, por dentro tenía un miedo terrible.