Capítulo 28

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Capítulo 28. Imaginación

Quizá era la idealización de lo que es su regalo, pero no podía evitarlo. Lo pensó las últimas semanas, planeó cada rutina y cada segundo a su lado, sin embargo, nunca los planes salen al pie de la letra. Aun así, se da el lujo de seguir planificando al momento que llegara a Sendai, ya que no sólo era el viaje hacia Tokio. Estaba obligada en ir a Sendai ya que él estaba allá y no en Tokio como pensó. No pudo quejarse, ni siquiera decirle que tenía miedo y que no había vuelto en bastante tiempo y menos sola a su tierra natal. El cuerpo le temblaba levemente, pero un volante de comida se llevó sus ansias al ser doblada hasta no poder más, incluso al llegar la tenía en su bolsillo y la toqueteaba de vez en cuando. Al llegar al final de la estación vio a sus alrededores luego de enviarle el mensaje a Yuzuru de que ya había llegado, pero no vio rastros de él ni una respuesta por la próxima hora, aunque sólo esperó un par de minutos dando por hecho de que no vendría.
Se aloja en el primer hotel que encuentra de un costo barato y ni siquiera ve a su alrededor. No sabía cómo sentirse, tenía miedo, estaba sola y también agotada, pero en esa habitación, al menos por esa noche tenía un refugio.

—Buenos días

—Buenos días—Responde adormilada —¿Hoy hay algún plan?

—Debo dar una entrevista a la revista Ice Jewels y acabar un informe de mi universidad —Se sienta y restriega su rostro con sus manos. No se refería a los planes de su agenda, sino al de ellos, pero con eso había quedado claro que no había posibilidad de que pasen el día juntos —Luego podremos vernos y...

—No quiero molestarte

—Yo te invité, ese es mi regalo...

—Exacto, estoy en Sendai —Sonríe, viendo la ventana —Iré a dar un par de vueltas...

—No es justo —Dice bastante tierno, sacándole una sonrisa, pero sin darle más vueltas al asunto —Te llamaré luego.

—Sí, descuida

—Bye bye—Cuelga la llamada y se levanta, se acerca a la ventana y toca el cristal con sus dedos. Está de vuelta en Sendai

Entre miedo y con la misma hoja de papel, encorvada, se levanta de la cama y con un fuerte respiro toma sus cosas pensando que el boleto no era para que ella se quedara en su habitación. Debía aprovecharlo.

—Vamos, al menos disfrútalo

Deja sus cosas ya arreglada y fuera del hotel camina por la acera y por fin con la cabeza en alto, capaz de ver los múltiples árboles que caracterizan a Sendai. Sigue tan calmado como lo recordaba, pero qué era realmente lo que recordaba. Un montón de imágenes previas al terremoto viene a su mente y se mezcla con la parte de su imaginación de cuando Shiori le contó cómo quedaron las calles. Pasa por su escuela y la ve desde lejos, pensando en el ingreso desparramado de zapatos del casillero de ingreso. Camina, recordando su ruta y pensando en las múltiples calaminas en el piso, los daños materiales y las casas afectadas, hasta que llega al primer refugio del distrito, la posta hospitalaria. Eso sí lo recordaba. Traga en seco y desvía la mirada, siguiendo el camino, hasta que por fin llega. Le alegraba haber vuelto, incluso podría llorar si no fuera por la poca gente a su alrededor y cómo una señora sale de la casa que una vez fue de su familia. Todo eso pasaba en su mente, pero le alegra tanto ver que parece más fantasía que la realidad. Todo estaba intacto, las calles están sin ningún escombro y su casa parecía nunca haber sido afectada, pero el banco si la vendió y ella ya no vivía allí. Minutos después seguiría caminando para que los vecinos no la vean. Llega al centro de la ciudad, pero el tiempo había pasado tan rápido que había olvidado incluso almorzar y ya estaba anocheciendo. Se sentía entumecida, todo eso había sido mucho para ella y su soledad no le ayudaba. Así que vuelve a su hotel, con la deducción de que Yuzuru tampoco podría salir con ella ese día y que mañana al menos la vería antes de irse.
Le molesta, pero es lo que se ganó al amar a alguien como Yuzuru. Deja una bolsa de snacks en su cama junto a su celular y se recuesta en paz mientras cambia de canal en canal. Luego de ducharse y mirar de reojo la hora en el reloj de la pared se da cuenta que ya había anochecido. Tenía dos opciones, esperar alguna llamada ya sea de su familia, de Yuzuru o podía salir. Recuerda que a unas calles del centro iba a comer con su hermana unos kushikatsu de pescado de fábula. Ni siquiera lo piensa y se deja llevar por su hambriento estómago. Se alista lo mejor que puede y sale nuevamente, dejando su celular en silencio. Ya había esperado bastante a su novio, quería dedicarse algo de tiempo. Camina frente al lago, ve de reojo a un par de estudiantes y gente que sale de sus trabajos. La mayoría tenía alguien que le hacía compañía, pero ella parecía no haber vivido en Sendai. Estaba maravillada por cómo había cambiado en tan pocos años. Con unos cuantos pinchos en una bandeja de cartón en su mano, frente a un restaurante callejero ve seriamente la carta con bebidas. Piensa en que nunca había pasado tiempo por las calles de su ciudad. Le encantaba tener tanta libertad, incluso si anhelaba a Yuzuru a su lado. De todos modos, el viaje había valido la pena. Saca su celular de su bolsillo y ve las múltiples llamadas y mensajes de su hermana y de Yuzuru. Y eso que ella solo quería fijarse la hora. Sorpresivamente ve una llamada entrante de Yuzuru que contesta, levantándose de una de las sillas y ya con la comida pagada sale con su comida en manos

NOCHE ESTRELLADA Yuzuru Hanyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora