Capítulo 18

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Capítulo 18. Él

"Estoy por llegar"

Bajo las escaleras sujetándome del barandal y dando grandes saltos faltando tres gradas cada piso, puedo sentir mis manos temblar por la emoción ¿Habrá cambiado? Cuando llego a la puerta veo de un lado al otro de la acera y no veo ninguna señal de ella, no hasta minutos después un auto plomo, a cuadras de donde estoy parado, se detiene. Un chico alto, algo corpulento sale del carro y va hasta la puerta del copiloto de prisa, con una sonrisa alegre y bastante grande. No evito notar a la chica que sale del auto con un par de bolsas que parecen bastante pesadas, pero no tanto para el chico castaño. Confundido, entrecierro los ojos para ver mejor y con mi mano cubro los rayos del sol de mi rostro. Por supuesto, es ella no tengo ninguna duda. Aquel chico le entrega ambas bolsas entre risas en lo que parece una charla bastante alegre. Cuando ella sujeta ambas bolsas sus brazos parecen estar a punto de romperse, quiero ayudarla, pararme frente a ella y mostrarle que puedo ayudarla, pero hacer algo así es bastante temerario y necio porque aquel chico podría verme. Me detengo al paso que doy, pero eso es suficiente para que el fornido chico me note y ella también. Demonios. Trato de actuar con disimulo, viendo al cielo e incluso poniendo mis manos en mi bolsillo, pero cuando vuelvo a ver al carro aquel chico me ve sin disimulo y a punto de entrar a su auto. Su mirada es aquella de confusión y desconfianza que veo por primera vez en otras personas que no sea mi propio reflejo cuando no logro algún componente, pero esto es distinto. Si fuera por él estoy seguro que se acercaría sin descaro y preguntaría mi nombre, no si es que antes no me reconoce. Entra al auto sin quitarme la vista de encima ¿Quién demonios es él?



—Pareces extrañarlo. Te preocupas por él...

—Me preocupa cómo entrena. Hay varios estudios en jugadores de fútbol americano que tenían daños cerebrales irreparables que los volvía psicóticos...

—Él no juega fútbol americano...

—No es tan lejano de la realidad — Mike ya estaba acostumbrado a mis quejas por cualquier deporte de contacto y él como gran fanático del hockey no lo entiende, pero aún así se tomaba el tiempo de escucharme. Rápidamente al llegar  al salón de estudio, me despido del pelinegro y entro a una de las múltiples áreas de lectura repartidas por el campus, pero la más cercana a la biblioteca de la facultad por si me surgía alguna duda. Es bastante fría de vez en cuando en invierno a falta de una buena remodelación y calefacción, pero fuera de la hilera de sillas y mesas, a un costado hay un sillón antiguo individual, excesivamente cómodo y que podría llevar mi nombre grabado. Si tenías suerte podías encontrarlo vacío. Para muchos es impráctico a falta de una mesa, pero si llevaban múltiples horas de estudio y en invierno sabrían que ese lugar, con un espaldar desplegable y elevador de pies, era una opción increíble para leer. Desafortunadamente es verano y este sector es de lectura es de los más ocupados debido a ser uno de los más frescos. La gente se acumulaba y era imposible dar un paso y sentarse en aquel sillón se volvía un infierno. Entre la multitud y ya en la salida del gran edificio escucho el vocifero de un gran grupo, pero sorpresivamente solo era un puñado del equipo de Hockey.

—Hey Sei —Saluda el más alto de todos ellos, despidiéndose rápidamente de su grupo y trotando hacia mí — ¿Encontraste un buen lugar?

—Está repleto y hace bastante calor. No entiendo cómo puedes verte tan fresco...

—Me duché al salir de entrenar—Señala su maleta deportiva

—Luego de tanto ejercicio caería rendida

—Con caminar una milla caerías rendida —Río forzada y me cruzo de brazos —Dramática, vamos por algo de comer. Llamo a Juli para que nos haga compañía y también a Mike

NOCHE ESTRELLADA Yuzuru Hanyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora