Capitulo 25

38 6 0
                                    

Dimitri.

No sé por qué le dije que si a hablar, quizá por el hecho de que una parte de mi sabe que no se va a ir hasta tener respuestas, aunque por otro lado es como que mi lado oscuro solo quiere acercarse, darle un beso de verdad y simplemente perderme en ella.
¿Qué le digo? Si le digo la verdad de lo que siento y siente lo mismo como evito todo lo demás. Por más que le dijera absolutamente todo no me creería o peor que me crea y salga horrorizada por la realidad, no es fácil asumir algo así o peor aún estar con alguien así, sería también entregarte a la oscuridad por que esa es la vida que tendrías, de peligro, de maldad, de seres y situaciones extrañas.

- Estoy esperando que digas algo.
- Mejor marchate.
- No, estoy cansada Dimitri, es que no logro entenderte, primero me tratas distante, luego no, después pasamos una linda noche en la feria y al otro día me ignoras, hasta que me ves con otro chico y casi le rompes la cara. Necesito respuestas y las quiero ahora.
- Solo no pude evitarlo.

Termino de decir eso, realmente podía darle sus respuestas pero no quería.

- Me gustas, Dimitri, y si es eso lo que te pasa, lo podemos hablar. Si supiera que es lo que te pone así, te puedo ayudar.
- Es que no me puedes ayudar, no lo entiendes.
- Explícame entonces, estoy abriendo mi corazón y tú no me dices nada.

Sin decirle una palabra más, me acerque a ella lo más posible, dejándola contra la pared, atrapada entre la pared y yo, cara a cara tan cerca que casi podíamos rozar nuestras narices, sé podían sincronizar nuestras respiraciones de a poco aunque la de ella era mucho más agitada que la mía, una más nerviosa, sin saber que esperar de la situación.

- Tú también.
- ¿Tú también que? - me dijo viéndome a los ojos con intriga y a la vez una pizca de ilusión.
- Tú también me gustas.

Pero en cuanto ella se quiso acercar a mí, cruzar sus brazos por mí cuello, los agarre y la aleje.

- Pero esto, no puede pasar.
- ¿Por qué no? No entiendo.
- Es peligroso. Y no quiero meterte en esto.
- ¿Y si quiero meterme en lo que sea de lo que estés hablando?
- No, no quieres. Ahora por favor, vete.
- Conmigo puedes hablar, yo nunca diría nada.
- Piensas que es para protegerme a mí, te estoy protegiendo a ti, de todo, incluso de mí.
- ¿De ti? Si no me lastimarías.
- ¡Vete Lexa!

Ella sin entender mucho se fue, un poco desilusionada, note que quiso insistir pero se dio cuenta que ya era mucha la presión a la que me había sometido.

Lexa.

Me voy de su casa, un poco descontenta, abrumada, con varios sentimientos, algo mal por él, por notar su mirada triste, su miedo.
Él no me lastimaría lo tengo claro ahora, de hecho lo tengo claro hace ya bastante tiempo, no sé ni siquiera por que lo dice.
Sabía que por hoy no tenía que presionarlo más, pero realmente quería estar ahí con él a su lado, que supiera que podía contar conmigo.
A tan solo unos minutos de mi casa ya se podía notar como iba saliendo el sol, a pesar del viento podía sentir su perfume impregnado en mí, como si se hubiera fusionado con mi piel.
No voy a poder dormir mucho y no solo por las horas, mi cabeza no para de revivir todo una y otra vez.
Es como si estuviera buscando un dato, un por qué. Algo que se le haya pasado y no vio.

Hasta que escucho un ruido de un motor acelerando por la calle, cuando me doy vuelta es una camioneta negra, me quedo un poco tieza hasta que veo que frena justo al lado mío, supe que algo no estaba bien y salí corriendo con todas mis fuerzas, atrás mío iban dos hombres grandes pero ágiles, por más que quise con todas mis fuerzas safar, ya era tarde, me tenían.
Estaba arriba en una camioneta encapuchada en la cual solo se escuchaban dos voces masculinas de los hombres que me agarraron, hasta que me sacan la capucha y la veo.

- ¿Lucila?
- Hola cielo, lamento ponerte en esta situación pero también tienes que entender que no es bueno andar por la calle a estas horas sola.
- ¿Qué está pasando? ¿A dónde me llevan? Sueltenme, les juro que no le digo nada a nadie, por favor.
- ¡Cuántas preguntas! Ya vas a tener tus respuestas y que no te pase nada, eso ya depende de ti.

Mi ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora