Capitulo 24

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Dimitri

Subí a la moto con toda velocidad y maneje por horas, necesitaba despejarme, alejarme de todos antes de volver a mi casa o cruzarme a alguien.
Me siento tan idiota por no poder controlarme ahora no solo va a ser más difícil todo si no que ¿Cómo niego o hago que nada pasó?
Aunque obviamente es lo que pretendo hacer.
Ya en un lugar remoto, me siento, le pegó a un par de árboles por la impotencia y las ganas que me quedaron de romperle la cara a ese.
Comienzo a notar que mi celular vibra pero lo ignoro ya sean mis amigos o ella, no quiero hablar con nadie, sería afrontar la situación y no estoy listo para eso.

Lexa.

Vuelvo al restaurante sin entender nada y con ganas de saber qué pasa pero primero debo estar con Cole.

- Lo siento tanto, ¡No sé qué pasó!
- Está bien, estoy bien.
- Mira fue una noche preciosa pero ya se me hace tarde y debería volver a mi casa.
- Si, por supuesto, yo también la he pasado muy de todas maneras ya es tarde. Te llevo.
- Bueno, gracias.

No hablamos mucho aunque estuvo distendido el viaje por lo menos nada que ver con la ida, comentamos cosas como lo rica que estuvo la comida y evadimos lo que sucedió por completo. Por mí está bien, no quería hablar de eso, no con él.
Una vez llegamos a casa nos saludamos.
- Espero que se repita, aunque no todo lo que pasó.
- Yo también la pasé muy bien contigo.
- Ya tienes mi número cuando quieras me llamas.
- Si obvio, gracias por todo, adiós!
- A ti guapa!

Es un buen chico pero no sé si saldría con él, por lo menos no sin aclarar las cosas con Dimitri o sin aclararme yo, por que esto no hizo más que confundirme aún más.
Acostada después de hablar con mi mamá sobre cómo salió todo, sin contar todo. Agarró el celular y le mando un mensaje a Dimitri, en realidad no sabía todavía que decir, pero quería una explicación. Así que le puse que quería hablar con él que me llame o algo.
Recibo la notificación de que lo recibió pero no me responde nada.
Espero unos minutos más y nada, así que decido llamarlo, suena, suena, no me atiende.
Debería irme a dormir, no tiene sentido si no quiere responderme quedarme despierta. Me cambio para dormir, dejo mi celular enchufado y cierro los ojos dispuesta a conciliar el sueño pero pasan los minutos, luego las horas, por más que quiera así con esta intriga no voy a poder. Empiezo a pensar ¿Y si voy a su casa? No, es un disparate, eso es una locura, como voy a ir a mitad de la noche a su casa, me convenzo de que es una idea terrible pero mientras más lo pienso más ganas y menos lados negativos le veo.
Cuando me quise acordar estaba vestida yéndome a hurtadillas de mi casa.
Atravieso el bosque como siempre aunque a estas horas es muchísimo más tétrico de lo que yo recordaba, hasta que por fin llegó, golpeó la puerta, no me responde, la golpeó más fuerte y repetidas veces con insistencia pero nada. ¿Será que no hay nadie? Así que pruebo llamarlo si suena es por que está y le pienso gritar hasta que me abra. Escucho que llama pero adentro no suena, no está.
¿A dónde fue? ¿Y si lo espero? Debe volver antes de ir al colegio, aunque sea antes de las 5 de la mañana.
Me repito a mí misma que debería irme a mí casa, lo repito tanto casi como si fuera un mantra pero da igual cuántas veces me lo diga.
Veo donde puedo sentarme y hay un escalón casi en la entrada, me pongo ahí media apoyada en como una baranda y lo espero hasta que me quedé dormida.

- ¿Qué haces aquí? - Me despierta Dimitri, medio adormilada me levanto.
- Te estaba esperando y me quedé dormida.
- Ya veo.
- ¿Donde estabas? Te estuve llamando.
- Por ahí, si lo sé, lo vi.
- ¿Y no me pensabas contestar?
- La verdad que no. Ahora vete a tu casa que quiero dormir.
- ¿En serio?
- Si, ¿Qué hablo otro idioma o que?

Se da la vuelta, saca las llaves para abrir y cuando está entrando, me cuelo en su casa.

- No me voy a ir hasta que hablemos. - Le dije, note cierto enojo en su mirada y fastidio.
- Está bien, hablemos.

Mi ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora