Capítulo 28

43 7 0
                                    

Dimitri

No sabía que palabras usar para que todo sea más sencillo de entender o para que el impacto no sea tanto pero mientras más esperaba para hablar con más intriga me miraba y más ansiosa de ponía Lucila. Esto era algo que tenía que decirle yo.

- Yo, no soy quien tú crees.
- No lo entiendo.
- Deja que termine... No soy una persona enteramente normal. Y me siento muy culpable de que estés acá.
- ¿Tú lo organizaste?
- Por supuesto que no, estás acá por qué me enamoré de ti.
- Yo también, pero ¿Quién es ella, por qué habla de un beso, de contar la verdad?
- Ella es mi pasado - Dije mientras volteo a verla para que sepa que nunca me va a importar. - Habla de eso, por que, no se como decírtelo, no es algo que se lo digas a las personas.
- Solo dilo.
- Soy un ángel, pelirroja, un ángel caído sin elegirlo, por los pecados de mis progenitores, ahora yo cargó con eso.
- ¿Un ángel? Estás de broma. Es un situación rara como para que bromes, mira como estoy.
- Lo sé, lo sé, pero no es broma, intente alejarme de ti, pero no pude.
- Supongamos que eres lo que dices que eres, ¿Qué tengo que ver yo, por qué la obsesión de que te dé un beso que tiene Lucila?
- Por más que te conté lo que soy, no lo soy del todo. Quiere que te bese, porque así seré del todo un ángel caído y ya no habrá vuelta atrás.
- ¿Y por qué lo tengo que hacer yo?
- Solo funciona, quiero decir solo se activa cuando beso a alguien que ame, y esa eres tú, por eso estás aquí.
- Esto no puede ser, tiene que ser una broma, es que no puede ser real, nada de esto. ¿Ella es como tú?
- Sí.
- ¿Quién te transformó? - Preguntó mirando directamente a Lucila.
- Dimitri, por supuesto cariño.
- ¿Tú la amabas?
- Jamás la amé.
- ¿Y cómo es que pasó? - ella nos miró a ambos esperando una respuesta, estaba tan avergonzado aunque no había hecho nada malo, aunque yo no tuviera la culpa, así que se adelantó y ella le respondió.
- Ya sabés, con un beso... Bueno y algunas cosas más- Le dijo con una sonrisa buscando complicidad conmigo aunque no la encontró.
- Pelirroja, no es necesario que ambos se amen, yo no sabía que ella me amaba, no sé lo habría hecho nunca de haberlo sabido.
- Cariño, tú sabes que yo quería esto más que nada, y sé que tú lo querrás cuando te des cuenta. Aclarando todo lo que pasó y el por qué estás aquí, pasemos a la acción.

Lexa me miró con cara de desesperación sin decirme nada, me decía todo, ella no quería ser la causante de mi perdición, ni yo quería perderme, pero no tenía otra opción, lo único que me preguntaba es donde estaban Drake y John, ¿Por qué no aparecían?

Lexa

Lo miro intentando procesar toda la información que me dieron, es que esto no puede ser real, esto solo pasa en las series, en las películas o libros, nunca nada de esto es real, son mitos, leyendas urbanas.
Ahora el chico que amo me dice que es una especie de estas y que yo voy a destruir todo lo que intento lograr con tanto esfuerzo, no quiero que le pase esto, ni ser la causante.

- No te voy a besar - Le dije fuerte y claro. - No, si eso supone que te convertirás en quien no quieres ser.
- Pelirroja, ella puede matarte, puede hacerte daño, forzarte a que lo hagas. Puedo vivir sabiendo que odias lo que soy pero no que fui el causante de tu muerte.

Esas palabras resonaron en mi, como nunca, ¿Ella de verdad era capaz de matarme?

- Si me mata, ya no le sirvo. - escupí esas palabras como si fuera realmente valiente para decirlas.
- Cariño, antes de matarte puedo forzarte, no necesito tu aprobación, no funciona así. Puedo sostener tu cara y obligarlo a que te bese. Puedo sostener las de ambos y hacer que ocurra.
- Gracias por querer evitarlo, pero no te dejará ir a menos que suceda.

Lo miré y se notaba que estaba rendido, miro las salidas del galpón como si esperara un milagro, que parecía no llegar nunca.
Jamás lo había visto de esta manera, me rompía el corazón, una parte de mi creía que era todo mentira o que era un sueño, pero otra sabía que iba todo muy en serio.

- Muy linda la novela de verdad es un show alucinante pero no me gustan las vueltas, Dimitri, cariño, puedo estar aquí todo el día, ir mutilando parte de su cuerpo por cada hora que pase y no la beses, eso depende de ti.
- Si lo hago ¿La dejaras ir libre? ¿Y sana?
- Por supuesto, siempre y cuando no se encuentren nunca más.

Lo vi con desesperación, no quería sufrir, tampoco quería que él sufra.
Rendido él se acercó hacia mí. Una lágrima cayó de mis ojos y rodó por mis mejillas perdiéndose en mis labios. También tenía sus ojos aguados.

- Siento que hayas tenido que pasar por esto, siento tanto todo eso. - me dijo esperando una respuesta y lo único que salió de mi boca fue un - yo también lo siento, por ti, por mí.
Y se acercó lo suficiente para posar sus labios en los míos, hasta que finalmente, me besó, un beso frío, lejos de lo que mi mente imagino sobre este momento, sus labios seguían pegados a los míos, sabiendo que eran sus últimos segundos como un humano, rodó una lágrima por su mejilla y separó sus labios de los míos.

Mi ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora