Capítulo 8

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Dimitri.

Me despierto con el molestó ruido de mi celular sonando avisando que tiene una llamada entrante.
Veo quien me llama, es Drake, así que contesto.
- ¿Qué pasa? ¿Sabes que hora es?
No es como si yo supiera que hora era pero estaba seguro que temprano.
- Tenemos un trabajo.
- ¿Tiene que ser ahora? Pensé que lo íbamos a hacer más tarde.
- Si, en una hora te pasamos a buscar. - Me dice y cuelga.
Mierda, uno ya no puede dormir tranquilo, la parte buena es que no tengo que rendir explicaciones de por qué no voy a ir al insti.
Agarro unos jeans limpios del cajón junto con una remera blanca.
Tengo tiempo para una ducha, abro el agua caliente y la regulo con el agua fría para no quemarme vivo mientras me ducho con cierta rapidez, no desesperado pero si apurado, cierro las canillas, me seco con la toalla y me visto.
Aprovecho los 10 minutos que me quedan si es que son puntuales para tomarme un café y no arrancar la mañana con el estómago vacío.
Le doy los últimos sorbos al café cuando escucho la bocina, la señal para salir, agarró el celular y las llaves.
John comienza a hablar. - Hombre de unos 40 años, blanco, rubio, deudas de juego. Solamente tenemos que ir a darle un susto.
- ¿Y era necesario a esta hora?
- Si. - Me responde Drake. - Es la única hora en la que está solo en el bar Eldorado del pueblo vecino.
- Además de ludópata, alcohólico, no le dejo ningún defecto a los demás.

Después de media hora de viaje aburrido, por que por más que este en el pueblo vecino no es tan cerca, estamos bastante aislados lo que nos hace fácil hacer estos trabajos, de alguna manera hay que ganarse la vida, aunque tenemos nuestras precauciones, te ganas muchos enemigos. No me preocupa mucho, no tengo familiares con los cuales me puedan amenazar, ni alguna chica y mis amigos se pueden defender solos. Aunque por supuesto no somos los únicos de nuestra especie, cada bando tiene sus "humanos" de ellos es de quién nos cuidamos.

Llegamos al viejo bar, en cuanto estacionamos puedo ver cómo la camarera de turno nos ve y se va para la parte de atrás, por supuesto ya le pagaron para que en cuanto nos vea se vaya así no habría testigos.
Entramos al bar, el único hombre que encaja con la descripción se da la vuelta para mirarnos, se puede notar y oler el temor que tiene.
Agarró la silla que tiene al lado, la corro para sentarme.
- A ver, si hay algo que me molesta es que me hagan levantarme temprano para venir a este pueblo de mala muerte a verte a ti. Por qué ni que fueras una chica guapa.
- No sé quiénes son, se equivocaron de persona.
- Yo creo que si sabes quiénes somos. Y detesto las vueltas. - Le hago un gesto a Drake y le agarra los brazos, mientras John espera la otra orden.
- ¡POR FAVOR! No me hagan nada, les juro que voy a pagar.
- Ya nos vamos entendiendo, no era muy difícil ¿no?
- La próxima vez que me hagas venir a verte, no voy a ser tan amable. - Lo miro a John que ya sabe que tiene que hacer. Le da un golpe en la mandíbula, otro en la nariz y por último en la boca del estómago.
Empieza a escupir sangre, Drake lo suelta.
- Creo que está todo solucionado ¿verdad?
- ¡Si, le juro que voy a pagar!
- Tienes 24horas para hacer el pago. - Le alcanzó un papel con una cuenta bancaria a la cual depositar el dinero.
Me levanto de la silla y nos vamos del bar, desde afuera se ve como sale la camarera y hace como si nada hubiera pasado.

Lexa

Estoy en el instituto, fingiendo que escucho al profesor hasta que la voz de Emilia me saca de mis pensamientos.

- ¿Te gustaría ir a tomar algo a la salida?
- Si, claro, me encantaría.

Doy un vistazo general del salón, mientras pienso en cómo ayer Dimitri parecía más raro de lo habitual, se lo veía tenso, dijo que se iba a contactar conmigo no tengo ni idea como pero hoy no vino, me fijé y de hecho no vinieron ninguno de los tres, era cierto que estaban casi siempre juntos.
¿Qué habrá sido tan importante como para qué lo haya puesto tan nervioso ayer y para que hoy no haya venido?
Claramente esto no lo puedo hablar con Emilia, ella le tiene bastante respeto y no somos tan amigas como para de alguna manera confiarle todo esto.
Igualmente creo que me va a venir bien salir con ella, hablar de algunos temas triviales y conocer un poco más del lugar, la parte no tan obscura.

Mi ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora