Khrretz [L.S]

XXI

Los segundos pasaban como minutos y los minutos como horas. Pero, ¿cuánto tiempo tardaba una sensación en desaparecer del cuerpo?

El estómago le pesaba y a penas parpadeaba. Sabía que estaba siguiendo a Zayn, pero lo hacía por instinto natural. Su ropa estaba manchada de sangre al igual que sus manos. Lo había presenciado todo, sin apartar ni un segundo la mirada de la macabra escena. No sabía como había podido disfrutar tanto la muerte lenta y dolorosa de esa persona, pero lo había hecho. Cuando se le pasaba por la cabeza la imagen de Harry torturando a Andrew mientras se reía de él, en la única palabra que pensaba era en venganza. Él no lo había tocado, se había dedicado simplemente a observar y disfrutar, sin embargo, su turno llegó cuando lo único que conseguía salir por la boca del alfa era "por favor". Nunca olvidaría la sensación de ver una vida salir de un cuerpo, ni de la daga presionando las paredes del corazón hasta hacerlas reventar.

Harry no había pronunciado palabra. Una vez se aseguró firmemente de que el cuerpo estaba sin vida, separando la cabeza del cuello con la daga, se dio media vuelta y se marchó por el pasillo hacia la sala del trono. Louis fue a seguirlo pero Zayn le detuvo cogiéndolo del brazo y obligando a seguirle. Y, ahí se encontraba. Ni siquiera prestaba atención de adonde le estaba llevando. Él solamente quería abrazar a Harry y llorar. Le dolían las entrañas y sentía como si en cualquier momento fuera a caer inconsciente. Necesitaba volver a casa.

Escuchó como le llamaban y levantó la cabeza. Se habían detenido.

-¿Estás bien? -preguntó Zayn. Louis solamente asintió. -No sé cuánto tardará Harry en volver. Mientras tanto tendrás que esperarlo en el cuarto. -prosiguió. Le miraba con pena y eso no le hacía sentir mejor. -Yo tengo que ir a ayudarle. Ellos se quedarán aquí vigilando. -señaló a los dos hombres. -Espero no tardar mucho. Todo saldrá bien, ¿vale? Esto ya ha acabado.

Louis asintió pero sabía que ni Zayn se había creído sus palabras, aún así él confió. No le quedaba otra que tener esperanza. Sin darle oportunidad de seguir hablando abrió la puerta y se metió en el cuarto. Al cerrarla se apoyó en esta, respiro hondo hasta llenar sus pulmones y comenzó a llorar.

Su hermana llegó corriendo escandalizada y lo abrazó.

-¿Qué ha pasado? ¿Están todos bien? ¿Harry, Sav...? -preguntó Lottie cogiéndole de las muñecas y apartándole las manos de la cara. Al verle, la omega supo inmediatamente que algo había ido mal.

Decidió contárselo todo y, para cuando terminó, el sol comenzaba a salir por detrás de las montañas iluminando la habitación sin necesidad de las velas. Ver los rayos de sol chocando contra su cuerpo manchado de carmesí era lo que más vivo le había hecho sentir desde hacía un largo período de tiempo. Inconscientemente, llevo la mano a su tripa.

-¿Ocurre algo? -preguntó preocupada Lottie. Louis negó y cerró los ojos suspirando, había dejado de llorar por fin.

Ambos continuaban sentados contra la puerta, en silencio. Sin embargo, al cabo de unos minutos, comenzó a escucharse alboroto por el pasillo. Los dos se levantaron al instante, esperando y a alerta por ver qué pasaba. De un momento a otro, la puerta se abrió y Harry se adentró en la habitación, como alma que lleva el diablo, seguido de Zayn y un guardia. En cuanto llegó hasta Louis, que estaba parado en medio de la habitación, completamente estático, lo rodeó fuerte con un brazo y le olisqueó el pelo disimuladamente. A él le temblaron las piernas.

Todo había acabado. Esta vez de verdad.

-¿Están todos bien? -preguntó Lottie temblorosa rompiendo el silencio. Estaba bastante preocupada, todos sabían a quien se refería con su pregunta.