Epílogo (Parte 1/2)

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Nota: sé que en el anterior capítulo mencioné un prólogo, pero lo pensé mejor y escribí este epílogo que dividí en dos partes dada su extensión. En la última publicación que agregaré a esta historia (el apartado de 'Agradecimientos') explicaré el motivo de este cambio.

Ahora disfruta de este doble capítulo largo ;)


***

Han pasado casi dos semanas de esa movidita noche en el local de Shigaraki de la que casi no salgo viva para contarlo.

Allí conocí a sus interesantes compañías, me presentaron a gente muy cuerda digna de un Premio Nobel de la Paz, comprobé la legalidad de sus actos y las sustancias saludables que vendían... Me divertí. Hice un montón de amigos honestos, amorosos y que me trataron con gran respeto y consideración. En cierto modo, sé que puede sonar creíble la paranoia mental digna de My Little Pony con el poder mágico de la amistad, pero no es más que ironía, sarcasmo y humor cínico lo que discurre por mis venas mientras cuento los segundos que pasan en el minutero colgado en la pared.

La estancia donde me hallo me asfixia por su calor sofocante, provocando que me sobren las prendas de mi uniforme policial cuando empiezo a transpirar por la elevada temperatura, por la incomodidad que siento y por el nudo de puro nervio que se tensa y enrolla en mis entrañas. Desde pequeños siempre nos inculcan que ir al despacho de tu profesor o director escolar es significado de que has hecho algo malo y te van a regañar por ello... Así que, una vez te conviertes en adulto ese símil se conserva para solo variar esa figura autoritaria con otra, sustituyéndola por un superior inflexible o un jefe cuya moral y rectitud van precedidas por un pulcro y excelente currículo.

Solía creer que mis compañeros de oficio exageraban cuando acudían al despacho de Endeavor, pero ahora soy fiel a su credo y siento en mi propia piel lo que quisieron decir con "Es como acudir al mismísimo infierno. No ves las llamas a su alrededor, pero sí las sientes".

¡Já! Muy graciosos, cabrones. Aunque de nada me sirvió responderles con el típico chascarrillo para restarle importancia o decirles que exageraban... Ya no puedo argumentar nada frente a sus lógicas aplastantes cuando tengo a Endeavor presidiendo su trono en el inframundo y yo me estoy derritiendo mientras espero su sentencia.

Que conste que no me hago puré por miedo o por su tosco atractivo en esa cara permanentemente enfurecida, sino porque LITERALMENTE me estoy asando del calor que hace en esta habitación. ¿Acaso él no lo nota? Joder, él no está sudando... ni siquiera su camisa se adhiere a su pecho fornido ni a los musculosos brazos. Su oficina debe estar —por lo menos— a treinta grados. Que no es poca temperatura, ya que estamos en pleno invierno, pero realmente se siente como si estuviéramos a unos cuarenta grados en verano...

Es por ese motivo por el que estoy tan sofocada. Porque ahora mismo desearía acercarme a la ventana para abrirla —y quizás tirarme por ella— con tal de no seguir sufriendo en este infierno.

No obstante, sé que no puedo hacerlo sin permiso... así que me limito a fulminar con la mirada la irradiante estufa, soñando con un maravilloso corte de luz que la apague durante unos minutos. La maldigo una última vez antes de mirar por la cristalera y enfocar el cielo grisáceo que trae consigo un prefacio de tormenta, queriendo sentir el viento helado y las gotas de lluvia que apagarían el incendio que se está creando en mi persona... porque ya estoy empezando a impacientarme y alterarme.

Me gustaría saltarme este procedimiento para no estar parada como un pasmarote frente a mi jefe... pero él es como uno de esos fastidiosos anuncios de Wattpad que te meten a la fuerza entre capítulo y capítulo. Aquí no existe un botón de "saltar anuncio" como en Youtube para clicarle y ahorrarte cosas que no te interesan... 

TAINTED I: Corruption (+18) [BNHA A.U. Adulto] [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora