TAINTED I: Corruption (+18) [BNHA A.U. Adulto] [Finalizada]

Epílogo (Parte 2/2)

De lejos veo a Hatsume preparándose un café en una de las salas de descanso, y me prometo a mí misma que más tarde me acercaré a ella para que me ponga al día de los cotilleos de la oficina. No obstante, la taza que sostiene en sus manos aviva una chispa traviesa en mi interior, sintiéndome un tanto desvergonzada y un poco descarada cuando saco mi teléfono móvil del bolsillo de mi chaqueta y entro en la agenda de contactos.

Me muerdo el labio inferior con picardía cuando marco un número en concreto... Número telefónico que ya tengo registrado desde hace bastantes días.

Me pego el auricular y lo presiono contra mi oreja cuando busco la llave de mi oficina y la introduzco en la cerradura. Los tonos de llamada resuenan en mi cavidad auditiva conforme abro la puerta, enciendo la luz y cierro a mi espalda para conservar la privacidad. Rodeo mi escritorio y dejo la carpeta sobre la mesa, agarrando correctamente mi teléfono.

Al cuarto tono... una voz ronca responde al otro lado de la línea:

—Quien esté jodiendo a estas horas que hable rápido. Estoy trabajando.

Frunzo el ceño y compruebo el reloj. Las manecillas marcan las diez y media de la mañana. ¿Qué formas son esas de responder a una llamada y por qué no me sorprende que sea tan brusco hablando?

—¿Todavía es demasiado temprano o debería contactarte a altas horas de la noche para solicitar tus servicios como stripper? —me dejo caer en mi silla con una sonrisa burlona, aunque no evito mordisquear el dorso de mi mano para contener una corta risa.

—¿Hah? ¿De qué mierda estás...? —mi audición aprecia cómo su voz se aleja, seguramente comprobando mi número en la pantalla—. Oi, ¿quién diablos te dio mi número privado? Si esta es una clase de broma juro que...

—Fuiste tú quien me lo dio —le informo con un tono alegre—. Lo escribiste en un vaso de papel después de que salvara tu trasero, Lord Explosion Murder.

Tu lindo y perfecto trasero, creo recordar...

Los segundos se me hacen eternos cuando no percibo más que silencio al otro lado... Sé que cabe la posibilidad de que Bakugō se haya olvidado de mí y no le diera mucha importancia a darme su número personal, pero se veía tan interesado en que retomáramos el contacto que no pude resistirme a llamarle. He tomado el impulso que necesitaba tras pasar estos últimos días cuadrando informes para presentárselos por escrito a Endeavor y, una vez he obtenido su visto bueno, considero que puedo relajarme un poco antes de retomar mis nuevas obligaciones de investigación.

Un particular chasquido de lengua me notifica que la llamada no ha finalizado, sino que el teniente se prepara para replicarme por su apodo.

—Tardaste mucho en llamarme, maldita sea —él habla con exigencia, pero su tono es burlón—. Incluso pensé que perdiste mi número.

—He estado ocupada. Si te hice esperar no era por hacerme la interesante, créeme —rebato mientras jugueteo con un mechón de mi cabello, enrollándolo alrededor de mis dedos.

—¿Quién te dijo que estaba esperando tu llamada? —él gruñe con rapidez—. Tch... No seas tan creída, novata.

Me ahorro el mencionarle que él me acaba de decir que "tardé mucho en llamarle"... No quiero atacar tan pronto su orgullo masculino.

—Dijiste que estabas trabajando —atajo para desviar la conversación—. No quisiera molestarte si-

—Iba ahora por un café, solo adelantaste mi descanso unos minutos—me corta sin tapujos y yo alzo las cejas, sorprendida.

Vaya, qué casualidad, ¿no?

—De todos modos, creía que eras una de esas molestas vendedoras que solo saben joder con sus productos de mierda —Bakugō continúa hablando y yo apoyo la nuca en el respaldo, dejando que mi mirada se pierda en el techo mientras escucho su voz ronca taladrando mi cerebro con malas palabras—. Diablos, ayer me llamaron tres veces en menos de una hora, ¿sabes? Y nadie quiere una puta aspiradora industrial para limpiar su apartamento. Solo no seas un condenado cerdo y barre todos los días, joder.