EXO One shot's yaoi (Lemon)

Chenmin 😍

Hola nuevamente 👋

¿Cómo están? ¿Les lleva bien el Covid? En mi país ya quitaron la cuarentena, pero aún no está del todo bien.

Bueno...

Hoy traigo una nueva idea...bien loca pero creo que quedará bien 😂😂😂.

Primero que nada, espero que no haya problemas porque el one shot sea Chenmin porque como bien saben, nuestro Jongdae está casado y tiene una hija. Y bien, este one shot es pura ficción y entretenimiento, algo solo para nuestro disfrute. Y no es mi intención ofender a su esposa y mucho menos a su hijita.

Y bueno, no sé a quién dedicarle el one shot porque nadie lo ha pedido pero no importa, vayamos al punto 😏.

Espero que les guste y gracias de antemano por leer, comentar y votar. 😘

____________________________________

En una pequeña casita ubicada en Siheung, un chico de veintiún años trabajaba duramente para poner un plato de comida sobre la mesa.

Y sí, suena duro, pero es completamente la realidad.

Kim Jongdae, apodado Chen por sus seres más queridos era un chico brillantemente inteligente que debido a la pobreza extrema de su familia no pudo asistir a la Universidad y desde temprana edad se vio en la obligación de trabajar árduamente para sostener a su familia dentro de lo posible.

Su pequeña familia consistía en su padre, su madre, su abuelo materno y su hermana menor. Ellos, depositaban a diario la confianza en su hijo, sintiendo también una gran pena y a la vez lástima por el chico.

La madre de Jongdae había tenido que dejar el trabajo hacía unos meses para cuidar de su esposo enfermo, puesto que el señor Kim había sido diagnosticado con una rara enfermedad que gracias a Dios tenía cura, pero necesitaba ser tratada con costosos medicamentos y no solo eso, llevar una dieta saludable y rica en proteínas.

Jongdae desde hace exactamente cinco meses no tenía propiamemte una vida.

Y no es que le molestara trabajar, a fin de cuentas lo hacía por un bien mayor, el de cuidar a su familia, pero estaba muy consciente de que los cuatro trabajos a medio tiempo no le daban un segundo ni para respirar.

Su horario era complicado y agotador. Debía levantarse a las cinco de la mañana cada día, agarrar la bicicleta que había comprado pagando a plazos y conducir tres kilómetros hasta la imprenta más cercana, recoger una carga inmensa de periódicos para que a las siete de la mañana todos los pobladores de la pequeña zona de Siheung disfrutaran de las nuevas noticias del día.

Y bueno, sí, probablemente piensen que en una sociedad tan avanzada tecnológicamente no deberían existir los periódicos, pero lo cierto es que al menos la zona de Siheung donde él vivía era bastante humilde y además, vivían apegados a las viejas costumbres.

Ya saben, levantarse temprano, sentarse a la mesa y leer el periódico mientras bebes un delicioso y calentito café.

Pero su amor por las costumbres de su sociedad no era suficiente como para mantenerlo con energía por más tiempo.

Luego de terminar de repartir los periódicos su segundo trabajo lo esperaba.

Tomando su bicicleta conducía al otro extremo de Siheung, entrando a las ocho de la mañana  por la puerta de la pequeña cafetería donde trabajaba en la cocina, haciendo hamburguesas y papas fritas, sudando mares mientras luchaba por el humilde salario.

Pero la cosa no terminaba ahí.

Saliendo del lugar a las doce del día y teniendo solo treinta minutos para almorzar se dirigía a su próxima parada, la estación del metro de Siheung.