Fieldeth [Clexa]

Capítulo 4 - Fieldeth.

— ¡Clarke! — despertó Lexa en el bosque. Tocó su torso en busca de la herida ocasionada por Titus pero encontró su piel en perfecto estado. Trató de incorporarse pero su debilidad no le permitió más allá de ponerse en cuatro puntos.

¿Dónde estaba? Parecía estar en el centro del mapa donde estaban los clanes... justamente al lado de Arkadia. Lo recuerda a la perfección. Al momento de centrarse en su alrededor escuchó voces que hicieron que se arrastrara como pudiera atrás de un árbol. Eran 4 guerreros con vestiduras y rostros desconocidos a ella haciendo que esta se confundiera más sobre su estado actual.

Con una mirada bastó para que los 4 fueran a diferentes direcciones, afortunadamente Lexa no fue vista y así pudo mirar de nuevo a sus alrededores, de momento estaba fuera de peligro y como pudo se puso de pie. Traía la misma vestimenta cuando ella y Clarke estaban en las afueras del monte Weather recordando esa amarga sensación.

— debes estar confundida — habló alguien detrás de ella por lo que se asustó aunque se puso alerta y miró rápido a su alrededor para buscar algo para defenderse y tomó rápido una piedra — Lexa kom trikru — ¿cómo era posible que la reconociera sin siquiera reconocer la voz? — no tengas miedo, no te haré daño — de nuevo escuchó la voz y escuchó pasos a lo que ella miró a sus costados para ver dónde aparecería la persona, pero para su suerte, apareció delante de ella sorprendiéndola tomando la roca que tenía en su mano dejándola totalmente indefensa — vaya, creí que eras de reflejos más marcados — le sonrió una chica de cabello negro, piel blanca, una armadura con argollas y de cuero negro. Tenía en su frente un pequeño circulo que al verlo bien, Lexa supo quién era y de inmediato bajó la cabeza en seña de respeto.

— Becca Pramheda — habló sin mirarla a los ojos — lamento casi atacarle, no sé dónde estoy y estoy un poco desconcertada — se sinceró ante ella.

— bienvenida a Fieldeth — habló claro mirando a Lexa, aunque esta solo frunció el ceño confundida — sígueme, no estás a salvo — ambas escucharon una rama quebrarse, como si las estuvieras vigilando. Becca ayudó a Lexa a incorporarse aunque a la morena se le dificultó mantener el equilibrio.

Con un silbido muy llamativo Beca llamó a su caballo blanco. Lexa subió con ayuda de Becca quien enseguida golpeó al caballo para que andara.

No recorrieron mucho cuando escucharon el sonido de un cuerno a sus espaldas y enseguida comenzó una persecución.

¿Qué está pasando? ¿Dónde está Clarke? ¿Dónde está Titus? - repetía constantemente la morena sujetando por la espalda a Becca quien tenía el mando del caballo.

— ¿a dónde me llevas... — fue interrumpida por una flecha que rozó la mejilla de Lexa provocando un pequeño rasguño y un quejido de su parte. Miró a sus espaldas y se percató de que venían 3 caballos con 2 guerreros en cada uno, unos dirigiendo al caballo y sus segundos con flechas.

— abajo — gritó antes de inclinarse hacia abajo esquivando un cuchillo que iba directamente al pecho de ambas comandantes — no es momento de hablar — habló frenética mientras dirigía el caballo por el bosque. En ese momento ambas miraron a la copa de los árboles y vieron que había más guerreros.

Lexa respiró y dejó su confusión atrás, no sabía dónde estaba pero sabía que hacer. Tomó un par de cuchillos que tenía al costado de sus piernas y se giró en un movimiento ágil para quedar frente a frente a los guerreros que los estaban persiguiendo. Lanzó sus cuchillos directo a las patas de dos caballos haciendo que estos cayeran y así deshacerse de 4 guerreros de un golpe.

Miró a la copa de los árboles y no tardó en sacar sus espadas para atacar a unos cuantos que venían por los árboles miraba a su alrededor para mantenerse en guardia y atacar a todos los que se le acercasen. De la nada escucharon que un árbol cayó justo frente a ellas. Becca no pudo parar el caballo y en un tropiezo ambas cayeron al suelo. Las espadas de Lexa quedaron lejos de ella antes de tomarlas sintió en peso en su espalda, lo único ágil que se le ocurrió fue dar un golpe con su codo en el costado de la persona haciendo que esa cayera.