»Capítulo Seis«

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El chico misterioso

Era gracioso pensar que no recordaba como había conocido a chicos lindos anteriormente. Pero creo que teniendo ataques de pánico frente a ellos, no fue.

Sin embargo aquí me encontraba, frente a Derek, un completo, pero guapísimo —debo mencionar—, desconocido con su mano extendida frente a mi, para ayudarme a levantar del piso.

Me debo ver patética

Tomé su mano, y me levanté del piso. Ya al estar de pie sacudí los restos de tierra y grama que quedaron adheridos a mi cuerpo.

—Nunca te había visto por aquí, ¿estás perdida? —pregunta mientras me entrega un pañuelo, lo tomé y limpié las lágrimas que derrame.

Alzó la vista para mirarlo nuevamente y...

Santo Dios.

Me doy cuenta de que no le había prestado la atención que se merecía, es mucho más guapo de lo llegué a pensar.

Lo primero que destaca en su rostro son sus ojos, de un color azul oscuro, nada comparado con los de Martín, este es un azul más profundo, más atrayente, podría decir que algo tenebrosos... peligrosos. Pero no dejaban de ser hermosos.

Su nariz era perfilada. Tenía los labios rosados, cejas y pestañas espesas y tan negras como la noche, su cabello oscuro caía a cada lado de su rostro, contrastando con su piel blanca. Casi del color de su ropa.

—Diculpa ¿qué fue lo qué me preguntaste? —fue lo único que pude articular.

Desvíe la mirada para ocultar mi vergüenza, creo que no debí quedarme observándolo tanto tiempo.

Él sonrió—: Pregunté si estabas perdida, ya que nunca te había visto por aquí.

¿Que podía responder? no pensaba decirle: oh no, no estoy perdida, solo que no recuerdo nada de mi pasado, pero me dijeron que trabaje aquí así que quise investigar, ya sabes lo normal.

No quería seguir pasando pena así qué recurrí a la respuesta más obvio.

—Sí, creo que me perdí.

Lo miré a la cara, vi como pasaba su mirada desde mis brazos hasta mis ojos, me abracé a mi misma, en un intento fallido de ocultar mis hematomas y heridas.

—¿A dónde querías ir? —me preguntó—. Puedo ayudarte —ofreció viéndome a los ojos.

Algo dentro de mi sentía que lo conocía, pero sin recuerdos, el confiar en mi intuición no sirve de nada. Además, esos ojos. Había algo en esos ojos.

—Eh...

—¿Te sientes bien? Te pusiste pálida.

—Si, estoy bien —respondí de inmediato—, es solo que siento que te conozco, pero no sé de dónde —solté y tape mi boca al instante.

Genial, ya el chico va a pensar que estoy loca.

Para mi sorpresa sonrío dejándome ver como una de sus comisuras se alzaba más que la otra, haciéndolo ver mucho más atractivo.

—Lastimosamente nunca te había visto en mi vida, hasta hoy —dijo aún mirándome, pero sus ojos reflejaban algo desconocido para mí.

No quise hacerme ilusiones, así que supuse que sus ojos reflejaban lastima hacia mi.

Pero, había algo ahí. Algo pasaba, sentía desde mi interior que mi cuerpo quería decir algo y no sé hasta que punto, pero me sentía extraña. Era lo mismo que me pasaba con Martín.

Denize - [Trastornos 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora