»Capítulo Catorce«

177 53 24
                                    

Disfruta la felicidad, mientras puedas.

Me levantó temprano con mucho ánimo, hago la cama y me meto a la ducha, un horrible dolor se extiende por mi vientre hasta llegar a mi zona íntima, por lo qué deduzco que mi período ha llegado, gracias a Dios Amanda ya me había ayudado con eso, y tengo toallas aquí, me termino de duchar y coloco la toalla en mi pantis, me la coloco y salgo del baño.

Mi período no arruinará mi buen humor ni mis planes de hoy.

Me coloco una camisa amarilla clara, mi usual mono gris, y mis zapatillas. Trenzo mi cabello y aplico un poco de brillo a mis labios.

—Si qué has madrugado hoy —dice Amanda entrando a la habitación con mi desayuno.

Me doy vuelta y le sonrío:—Sí, hoy será un buen día, lo presiento.

Tomo el desayuno y comienzo a comer.

—Oye Amanda, ¿habrá algún femenplux acá?

—¿Te ha bajado, ya?

Asiento y hago una mueca, los dolores ya están empezando.

—Tengo unas tres aquí, te las traigo en un momento —dice y se va.

Terminó de comer, y voy hasta el baño para cepillarme, me detengo un momento para observarme, mis brazos ya no son tan esqueléticos, mi cara a pesar de ser tan blanca, tiene mejor aspecto, alzó la camisa y observo la línea de moretones casi traslúcidos que aún hay allí. Mi recuperación física estaba casi completa.

Me enjuago la boca y seco mi cara.

Cuando regreso ya Amanda se había llevado la bandeja y dejado las pastillas en la mesita de noche, tomo una y meto las otras dos en mis bolsillos.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras hasta el piso 1, observo que varios internos están en la sala, la gran mayoría desayunando. Me dirijo al pasillo de los cuartos acolchados, para mi sorpresa la puerta está abierta.

—Espero que estés des...

Mis palabras se detienen de inmediato al observar la escena frente a mí.

Katherine tenía el cuello cortado y sangre salía descontroladamente, la cama, su ropa, todo estaba lleno de sangre, de su sangre.

Pero eso no era lo más alucinante.

—¿Amanda? —digo en un hilo de voz.

Amanda se encontraba cerca del cuerpo, con las manos llenas de sangre y un golpe en el rostro, y en su mano izquierda un cuchillo.

—¡¿Qu-e p-paso-o?! ¡¿Que-e hici-iste?

Las palabras no me salían, mi corazón estaba tan acelerado, no sentía las piernas y mis manos estaban temblando.

¿Acaso Amanda...

No quería suponer nada, pero estaba en una situación en la que no podía pensar claramente.

—No es lo que piensas Ligth, puedo explicarlo —dijo y solto el cuchillo.

Me acercó a Katherine, sus ojos estaban abiertos al igual que sus labios, su tez era tan pálida, y era la prueba de que la vida había abandonado su cuerpo.

Las lágrimas hicieron acto de presencia, un nudo se formó en mi garganta.

Amanda dio un paso hasta a mí.

—¡No te me acerques! Tu-u, tu-u ¡tú la mataste! —exclamó.

Ella negaba y lloraba, pero no decía nada.

Denize - [Trastornos 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora