"Eres la manera que tiene el mundo de decirme que vale la pena existir"
~Cuando abrí los ojos, no reconocí nada, ni siquiera el olor a menta que inundaba el lugar o la suave colcha que arropaba el colchón en el que me encontraba acostada, se me hacían conocidos.
El techo era blanco, algo muy diferente al de mi cuarto que era de color beige. Abrí y cerré mis ojos hasta que se acostumbraron a la tenue luz que entraba por algún lugar de la habitación.
Pegue un gruñido al mismo tiempo que una punzada de dolor me atravesaba la sien. Me lleve la mano sobando esa parte.
Unos pasos me sobresaltaron, avisándome que no era la única en este cuarto.
Lo último que recordaba eran los sucesos que había vivido antes de despertar en esta habitación, los cuales fueron: haber ido a la mansión de los del consejo con mis padres, despedirme de ellos, y beber el líquido ese sin olor o sabor que me hizo perder la noción del tiempo.
¿Donde me encontraba? ¿Donde estaba Ari? ¿Que nos habían hecho? Todas estas preguntas se formaron en mi mente. Me erguí en mi lugar observando por completo todo a mi alrededor hasta al causante de los anteriores pasos.
Aarón se paseaba por toda la habitación con su porte elegante y mirando todo por encima de su hombro.
Su mirada choco con la mía y una sonrisa se formó en sus labios
—Hasta que por fin despierta, bella durmiente— dijo acercándose con pasos lentos pero seguros hasta mi. No dije nada, solo me quede viendo sus movimientos por si trataba de hacer algo no permitido contra mi.
Aparte la mirada y mire detrás suyo, la puerta no estaba muy lejos.
—Si quieres salir, puedes hacerlo, aquí no estás presa ni nada por el estilo— Dijo a la vez que se daba cuenta que miraba a la puerta en posición de huir en cualquier momento
—¿Donde estoy? Y ¿Donde está Ari? — Le dije, volviendo mi mirada a él
—Pues está no era la bienvenida que yo estaba planeando, pero ya que, ¿no? ¡¡Bienvenida a Deerfield Academy o como me gusta llamarlo a mi La Ciudad del Pecado!!.
Espabile varias veces asimilando lo que me acababa de decir ¿Ya estaba en ciudad del pecado? ¿Cuando había si sea llegado, y como?.
Lo mire con cara de querer hacerle mil preguntas, pero él se me adelantó.
—No, no preguntes como llegaste aquí, eso es reservado— dijo mientras rodaba mis piernas y se sentaba en la cama— Digamos que nadie fuera del consejo puede saber cómo llegar aquí, por eso tuvimos que dormirlas un poco, porque sino imagínate todo el caos se puede formar si la gente logra enterarse de cómo entrar y salir— negó con su cabeza como tratando de eliminar algunos sucesos imaginarios que en esta se habían formado
—Y tú amiga, ella está muy bien, creo que se adaptó primero que tú— finalizó a la vez que soltaba un risita.
—¿Y donde está ella ahora mismo? ¿Porque no está aqui conmigo?— si, se que no paraba de hacer preguntas , pero es que estaba algo aturdida, y me preocupa mucho el hecho de no saber nada.
—Pero que preguntona, ya veo porque el consejo vio peligro en ti. No estás satisfecha con lo que se te da, siempre estás en busca de más y más— me miro fijamente — puedes llegar a enterarte de cosas, las cuales no deberías de saber— su voz salió en un susurro pero le escuché claramente —Ahora bien, tú amiga ha de estar rumbo al comedor— cambio de tema rápidamente, mientras yo aún procesaba todo lo que me estaba diciendo.
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Almas Gemelas
Teen FictionCuenta la historia de dos personas cuyas vidas estaban destinadas a estar juntas, si o si debían cruzase. Un lugar donde todo era perfecto, ni siquiera se sabia el significado de imperfección. Todos en ese pueblo llevaban una vida muy feliz. Todo a...