Siete. La pandilla de La Push.

853 87 5
                                    

Después de la escuela fui directamente a mis clases de baile como era normal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de la escuela fui directamente a mis clases de baile como era normal. Al terminar las dos horas de clase fui directamente a mi casa para bañarme rápido y cambiarme con algo casual para después ir a La Push y encontrarme con Jacob.

 Al terminar las dos horas de clase fui directamente a mi casa para bañarme rápido y cambiarme con algo casual para después ir a La Push y encontrarme con Jacob

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hola, Elina. —dijo este en cuanto me estacione.

—Hola, Jacob. —dije mientras levantaba una mano y saludaba a Billy que estaba mirando por la ventana.

—Vamos a trabajar. —me susurro Jacob muy entusiasmado.

Nos reímos y caminamos hacia el garaje, en cuanto llegamos me quedé en shock cuando vi que la motocicleta roja estaba de pie.

—Wow, Jake, esto es increíble. —dije asombrada.

Inflo el pecho con orgullo y se echó a reír.

—Me obsesiono cuando tengo un proyecto entre manos. Aunque lo habría alargado un poco más si tuviera un poco de cerebro. —

—¿Por qué? —

Miro al suelo y tardo en contestar.

—Elina, ¿Qué habrías hecho si te hubiera dicho que no podía arreglar las motos? —

Tarde un poco en contestar.

—Bueno, te hubiera dicho que no habría problema y te hubiera invitado a buscar a alguien que las pudiera arreglar, pero de todos modos estaríamos juntos hablando o haciendo las tareas. —

Jacob sonrió más relajado y se sentó a un lado de la moto para comenzar a repararla.

—Entonces, ¿Me estás diciendo que seguirás viniendo cuando haya terminado? —

—¿Eso querías preguntarme desde el principio? Y yo pensando que me estaba aprovechando de ti, obvio que seguiré viniendo, al menos que te aburras de mí y no quieras que venga. —

—¿Seguirás viniendo, esperando ver a Quil? —pregunto con diversión.

—Huy, descubriste mi plan. —dije con sarcasmo.

Se rio.

—¿De verdad te gusta pasar tiempo conmigo? —

—Claro que sí, y para que veas que no te miento el miércoles haremos algo diferente. —

Nada es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora