Sentía el viento azotando en mi rostro por la velocidad. Todo estaba oscuro y el aire era húmedo. Me aferré más a él por miedo a caerme, pero no cerré los ojos, ya no me mareaba como antes.
Después de un rato disminuyo la velocidad.
—Hare todo lo posible para ganarme otra vez tu confianza, aunque sea lo último que haga. —dijo.
—Espero que aguantes, acuérdate que te tienes que ganar a mi familia también, ganarte a mi Omma y a Eric es fácil, pero mi Appa no lo será, creo que te hará sufrir. —
—Eso te encantara. —
—Oh, puedes apostar a que sí, lo disfrutare mucho. —
—¿Qué es lo que pasa por esa cabecita tuya? —me pregunto.
—No te diré, tienes que adivinarlo tú. —
Cuando estuvimos lo suficientemente cerca de su casa, me bajo de su espalda, me paso un brazo por la cintura y me guio hacia la puerta principal.
Apenas cruzamos la puerta encendió las luces. La estancia estaba tal y como lo recordaba: el piano, los sofás blancos y la gran escalera. No había nada fuera de lugar.
Edward los llamo sin levantar la voz:
—¿Familia? —
De pronto, Carlisle está a un lado mío.
—Bienvenida otra vez, Elina. ¿Qué podemos hacer por ti en plena madrugada? A juzgar por la hora no creo que sea una visita de cortesía, ¿Verdad? —
—Es algo importante que debemos discutir todos juntos. —dije.
—Por supuesto, ¿Por qué no hablamos en la otra habitación? —dijo Carlisle.
Carlisle nos guio hacia la luminosa sala y dio vuelta en la esquina hacia el comedor, al tiempo que encendía las luces. En el centro de la habitación debajo de un candelabro, había una mesa oval de madera con ocho sillas a su alrededor. Carlisle me ofreció la silla que encabezaba la mesa.
Vi como entraba Esme y detrás de ella toda la familia, uno por uno se fue sentando.
Carlisle me hizo una señal y dijo:
—Tienes la palabra. —
—Bueno me imagino que Alice ya los puso al tanto de todo lo que paso en Volterra. —comencé.
—Les conté todo. —dijo Alice.
—¿Y lo que podría ocurrir? —
—También. —
—Oh, que bien, entonces todos estamos en la misma página. —dije feliz de no contar todo lo que había pasado. —Bueno, tengo un problema, y es que Alice les prometió a los Vulturis que me convertirían en uno de ustedes. Y enviaran a alguien para verificar que eso suceda. Esto lamentablemente ya afecta a todos. —
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Nada es para siempre
FanficLibro I2I Lo mire enojada, limpiándome la lagrima que se había escapado sin mi consentimiento. -Solo contéstame esto. -tome aire para que mi voz no temblara. -¿Tu...ya no me quieres? - -No. -en sus ojos solo había sinceridad. . . . . . . Edward Cull...