Capítulo IV: Fotos

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Hola a todos!!!

Bueno, por fin traigo otro capítulo. No pude actualizar antes porque he seguido triste, entre el encierro por el bichillo, lo de mi mascota y otras cosas me cuesta escribir.

Espero les guste el capítulo, como saben, esta historia está siendo reescrita pero hay algunos cambios que creo que vale la pena leerlos. 

Seguimos con Imitation Black, les comparto la versión piano para que entremos en contexto XD.

Si les gusta el capítulo, por favor voten y comenten, estos capítulos son largos para que lleguemos más rápido a donde quedó el fic anterior, además que habrá más salseo (si más, del que de por sí hay  y habrá XD).

Ya saben, FMA NO me pertenece.

Capítulo IV: Fotos

Alphonse llegó cansado a su habitación. Apenas cerró la puerta, se recargó sobre ésta, pensando que quizá era algo asfixiante con su hermano, y el coronel tenía razón en una cosa: Él ya era prácticamente un adulto, y debía hacer su vida.

Pero al mismo tiempo, ya no podía ver a Mustang con el mismo respeto de antes, como un tutor que fue de mucho apoyo en un pasado que hoy se veía bastante lejano. Al lo llegó a ver ligeramente como una figura paterna, por el rango, la diferencia de edad, el apoyo... pero ahora dudaba. Se sobó el puente de la nariz. No quería ver a su hermano con ese hombre. Quizá era sobreprotector de su parte, pero no veía conveniente que Ed y Roy tuviesen una relación. Algo no le gustaba de eso. Pero lo que más le podía era el pensamiento de que quizá era una carga. Edward prácticamente no había vivido parte de su infancia y su adolescencia por todo el viaje que recorrieron, ni siquiera pudo tener una novia. Se puso a pensar qué sentiría si en lugar de Roy fuese Winry quien quisiera estar con Ed. Igualmente sentía tristeza, pero era diferente, porque sentía que a pesar de todo podría estar cerca de su hermano.

Fuera como fuese, iba a interponerse en esa relación, no veía nada positivo en ella.

..................

Al día siguiente, Edward se puso una vestimenta negra y acudió a la oficina del coronel, quería apresurar ese forzado encuentro para irse rápidamente a hacer otra cosa. Quizá lo agarraría medio dormido y sería más sencillo fugarse. Llegó a su destino y entró a la oficina sin tocar, como era su costumbre.

Allí estaba Roy, como si lo hubiese esperado desde hacía rato. El menor se enderezó y se puso ligeramente a la defensiva, pues la mirada del coronel era más seria que lo habitual, como si lo hubiesen regañado por algo injusto. Edward se mantuvo en su lugar, cerca de la puerta por si tenía que huir.

-¿De qué quería hablarme? –Fue directo al grano, sin siquiera saludar.

-Toma asiento, acero. –Oook... de acuerdo al tono y a la palabra "acero" en vez de su nombre, eso no sería nada bueno. No sería buena idea discutir, así que sin más, se sentó frente al escritorio que lo separaba de Mustang. Hubo un silencio incómodo.

-Dime, acero, ¿por qué invitaste a tu hermano ayer a nuestra salida si sólo te invité a ti? –Su tono era frío y como una especie de reclamo.

¿En serio para eso lo llamaba tan temprano? Dejó salir el aire que estuvo reteniendo sin darse cuenta. Su nerviosismo se transformó en molesta, era Domingo, quería descansar pero no, cierto bastardo lo citó temprano por una cosa sin importancia del día anterior.

-Invité a mi hermano porque estaba solo, no quería dejarlo solo.

-¿Entonces tu hermano se siente solo? –El tono que percibió Ed era extraño, un tanto burlón, como si le sugiriera que Al no tuviese ni perro que le ladrara.

Resultado de una transmutación humana. |REESCRITAWhere stories live. Discover now