Capítulo 6

32 4 0
                                    

Seguía besándome los labios, mi rigidez impedía que pudiera entrar en mi boca para explorarla.



─ ¿Hola? ¿Hay alguien? –escuché que decían acercándose hacia nosotras.



Entonces cogí aire, era como si mi corazón hubiera estado en parada y al escuchar esa voz reaccionase. Estaba tensa, pero realmente muy excitada, no había podido reaccionar cuando me besaba pero sí que sentía mil cosas mientras lo hacía. Me levanté más rápido que ella, me asomé a la puerta del guadarnés y vi que era un padre, venía a pagar la última clase que hicimos por la tarde. Lo atendí rápido, no quería subir a la oficina para hacerle un ticket así que le dije que me diera los 20 euros de la clase y lo pasaría después. En cuanto se dio la vuelta regresé con Lara.



─ Es muy tarde, creo que me iré ya. –dijo en un tono frío.

─ ¿Por qué? –murmuré con el ceño fruncido, la observaba sin comprender nada.

─ Estoy muy cansada... -la notaba triste en la voz, quizá el ver que no correspondía el beso se lo tomó como que no quería.



Paso por delante de mí, dada la estrechez pasó rozándome en dirección a la puerta para irse. En cuanto se alejó tan solo un poco de mí la cogí de la mano y la estampé contra la pared. Me pasé un poco con ese acto de valentía, escuché un fuerte sonido mezclado con jadeo al golpearla en la pared. Sus ojos parecieron prenderse de fuego, su mirada triste cambió. Nunca la había visto con esa mirada, realmente era amenazadora, se la veía enfadada, muy cabreada por lo que mostraba su rostro. Entonces me cogió la camiseta por encima de mis pechos con ambas manos y me dio la vuelta imitando mi anterior movimiento, la embestida contra la pared me hizo producir su mismo sonido, era un sonido de dolor, pero lleno de excitación. Me volvió a mirar a los ojos con rabia, su respiración era muy fuerte como la de alguien que trata de controlarse para no matar a otra persona. Me asustó un poco, entonces vi como su enfado era una lucha, vi que estaba luchando consigo misma, supongo que contra sus sentimientos. Me cogió fuerte por la nuca y me besó como nadie lo había hecho. Era un beso muy violento, era el ansia mezclada con deseo. Nuestros dientes chocaban en algunas ocasiones debido a la brusquedad. Cuando pareció saciarse un poco fue aflojando el ritmo, entonces pude besarla como a mí me gusta, de una manera muy lenta, sintiendo como falta el aire debido a que no puedes apenas respirar, es tan lento el beso que aguantas mucho la respiración y tratas de sacarla por la nariz, entonces te falta aire. Sus manos se trasladaron a ambos lados de mi cintura, me tenía agarrada del pantalón apretándome contra ella. Se deshizo de mi parte de arriba muy rápido, primero la camisa y luego el sujetador. Retrocedió un poco para observarme entera. Mis pezones se endurecieron en contra de mi voluntad, pues me superaba la tensión de mi cuerpo. Se acercó de nuevo a mí. Se inclinó con lentitud y cogió un pezón con su boca. Suspiré. Me lamía y acariciaba los pezones, los consentía con su lengua, cada vez poniéndolos más erectos. Me apoyé con más fuerza contra la pared. Si íbamos a seguir de pie necesitaba un buen apoyo. Noté su cuerpo enderezarse y apoyarse contra mí.



─ Venga –jadeó dominante–. mírame.



Abrí los ojos y miré su cara, muy cercana a la mía. El guadarnés estaba bastante oscuro, su rostro estaba a contra luz. Era difícil verle los ojos.

La AmazonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora