Capítulo 25. La verdad

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Al llegar Regina, pasan a al despacho, Altagracia espera un poco hasta que escucha la tv de la sala apagarse y las quejas de Isa al ser llevaba arriba, luego de eso empieza a interrogarla, estaba muy enojada pero trataba de mantener la calma.

Había pasado toda la mañana esperandola por eso tuvo que faltar a la constructora, recién ahora que era casi medio día ella iba apareciendo en la casa, se notaba que anduvo en un antro por el olor y su apariencia, ni siquiera se dignó a bañarse para tapar esa imagen.




- Dónde estabas -- se sienta en el escritorio

- Me vas a controlar ahora? -- se cruza de brazos

- Responde la pregunta -- dice sin paciencia

- Yo no tengo por qué decirte nada -- se levanta -- No soy un perrito al que puedes darle órdenes

- Regina, te fuiste a la mañana y regresas hasta ahora, por lo menos deja un mensaje o contesta el maldito teléfono -- reclama -- Tu hija me pregunta todo el tiempo por ti y no se que decirle

- Eres buena para mentir no? Inventale algo, así como le mientes a tu hija todos los días -- da de hombros

- No intentes cambiar el rumbo de la conversación -- alza un poco la voz -- La irresponsable aquí eres tu Regina, no te das cuenta que si el papá de Isabela se entera de esto puede quitarte la custodia?

- Y tú se lo vas a decir o que -- se levanta -- Me harías eso?

- No! Claro que no Regina, eres mi hermana y te quiero pero no puedes descuidarla así -- suspira -- Que te está pasando?

- Descuidarla? -- ríe irónica -- Me hablas tú de maternidad? Tú? Altagracia por favor, estos años Marcos y yo nos encargamos de cuidar de Mónica

- No es verdad porque yo también estuve ahí! -- se defiende

- Estuviste? -- finge sorpresa -- Vivías de pastillas recuerdas? No podías acercarte tanto a Mónica porque se te revolvia el estómago, veías en tu propia hija a esos hombres! -- la acusa -- Hasta el día de hoy no le puedes dar un cariño sincero! Y me hablas a mi de irresponsabilidad? Me dediqué a ambas, necesito tiempo para mi también

- Y tú hija dónde queda? -- se cruza de brazos

- Esa misma pregunta te la hice yo, todas las veces que rechazabas a Mónica y metías la cabeza en esos estúpidos libros! -- grita

...

- Papi que vamos almorzar? -- pregunta apenas entran

- No lo sé, supongo que pasta -- sonríe -- Dame tu mochila -- pide

- Esa es la tía Regina? -- mira hacía dónde provenían los gritos

- Me parece que mejor vamos arriba -- suspira

- Regina vuelve aquí! -- grita

- Deja de intentar darme órdenes -- camina a la puerta -- El día que tu seas honesta con tu hija y la ames de verdad haré todo lo que quieras -- la abre saliendo

- A dónde vas malcriada -- la sigue parando en seco al verlos ahí en medio del pasillo

- Yo sabía -- murmura Mónica antes de subir corriendo

- Mónica espera! -- va tras ella Luis

- Ves lo que hiciste -- le reclama -- Regina, tu no pasaste ni la mitad de lo que a mi me tocó, no sabes lo difícil que fue, pero yo siempre amé y voy amar a mi hija

- Eso lo estás diciendo por qué acabas de ser desenmascarada, tú ni siquiera la quieres un poquito -- sube las escaleras buscando a Isabela




Se queda unos minutos en la sala respirando hondo, tenía que estar calmada, Mónica iba a tener preguntas, aunque está no era la manera en que había pensado decirle la verdad pero ya no podía seguir mintiendo.

Cuándo se tranquiliza un poco sube las escaleras, al estar frente a la puerta de Mónica escuchá los sollozos, inevitablemente se siente culpable nunca quiso hacerla sentir de esa forma. Con las manos temblorosas gira el pomo abriendo la puerta.

Luis estaba tratando de consolarla pero parecía no obtener muchos resultados, se quita los tacones y camina hasta la cama tomando asiento junto a ellos, Mónica evitaba verla aferrandose cada vez más a Luis.




- Mi amor -- susurra -- Podemos hablar?

- No quiero verte -- esconde el rostro

- Lo que escuchaste de la tía Regina no es verdad -- acaricia su cabello

- Mientes! -- se remueve para que no la toque

- No -- niega -- Ya no más, voy a decirte toda la verdad, si me escuchas

- Altagracia -- dice Luis -- Creó que no es el momento

- Y cuándo lo será? Luis no voy a perder a mi hija por esto -- se acomoda -- Estás dispuesta a escucharme Mónica?

- Si -- gira el rostro para verla

- Hace unos años -- suspira -- Yo tenía un novio y a mis papás, no vivíamos en está casa -- niega -- Está ni siquiera se acercaba a ser mi vida, un día fuimos al carnaval de Veracruz y unos hombres malos aparecieron

- Y que pasó? -- se sienta frente a ella -- Mami por qué estás llorando

- Esos hombres malos, mataron a tus abuelitos corazón y al que era mi novio, iban a hacernos cosas muy malas a tu tía y a mi -- toma su manita -- Sólo que yo evite que la lastimaran

- Por eso no me contabas de ellos? -- seca sus mejillas

- Esos hombres terminaron lastimandome a mi -- la ve -- Tuvimos que mudarnos aquí con una tía que fue horrible con nosotras -- toma aire -- Tiempo después, descubrí que venías, Marcos nos adoptó y cuidó de las tres todo este tiempo

- No entiendo mami -- va a ella

- Yo sé que no mi amor -- la abraza -- Uno de esos hombres es tu papá de verdad, pero escuchame bien, nunca pienses que yo no te amo Mónica, mami aún no está muy bien, por eso no es tan cariñosa -- besa su cabeza

- Entonces Luis no lo es? -- la ve

- Tu lo quieres como a uno verdad? Si es así por que no verlo como tu papá -- coloca las manos en sus mejillas acariciandolas leve

- Te amo mami -- la abraza -- Perdóname

- Mi cielo perdóname tu a mi -- solloza -- Se que no soy la mejor mamá pero te juro que le echaré más ganas -- la aferra a ella

- Mami yo no necesito a la mejor mamá -- se acomoda en su pecho -- Sólo quiero que estés conmigo



Luis sonríe uniéndose al abrazo, Altagracia seguía llorando como niña chiquita pero tenerlos a ambos cerca fue de mucha ayuda, una vez más tranquila vuelven a romper la regla de no comer sobre la cama.

Por ahora mantener a las hermanas separadas era lo mejor, por eso el viaje se adelantó, saldrían mañana en la mañana, eso ya había llegado a oídos de Regina se tendría que quedar en casa con su hija o llevarla con su padre y esa idea no le gustaba.

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