Fool.

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¡Los días libres! ¡La mayor bendición del mundo! ¡Y todo el mundo estaba de acuerdo con ello, con los fabulosos días libres!

Hermosos y maravillosos días donde se podía disponer de todo el tiempo deseado para hacer un montón de cosas que normalmente una persona no podía realizar debido a los intensos horarios laborales. Entre ese montón de cosas y actividades fuera del trabajo estaban el pasear por el parque, ir de compras, ponerse al corriente con las series de Netflix, ir a la playa, salir con tus amigos, asear la casa e incluso dormir ocho horas seguidas. Bueno, al menos así lo veía Yoongi y ese último le parecía el mejor plan de todos. ¿Quién rayos no amaba dormir? Para Yoongi, quien no amaba dormir, era alguien falto de cordura.

Pero indudablemente, los días libres obligatorios y obtenidos gracias a las muchas festividades, celebraciones y tradiciones en todo el continente asiático, eran de los días favoritos de Yoongi y también de Hoseok.

De Yoongi lo eran porque eso significaba que podría dormir sus benditas horas de descanso bien merecidas –y en algunas ocasiones especiales se daba el lujo de que fueran veinte, porque las demás las usaba para comer y leer–, y altamente recomendadas por su doctor personal, llamado Min Suga Genius. En efecto, recomendadas por él mismo. El peligris amaba con toda su alma el placer permanecer envuelto en las sabanas de su cama durante esos días libres, le encantaba poder sentir esa libertad inundando todo su ser, sacudiendo afuera el estrés de su cuerpo acumulado por sus largos días de trabajo y regalándole una inmensa tranquilidad para hacer sus cosas sin sentirse presionado o tan cansado como para siquiera pensar en qué debía hacer. Técnicamente, Yoongi amaba la tranquilidad que se respiraba en un día libre. Aunque se le conocía por ser alguien tan trabajador, reconocía que su desempeño se debía a esa infalible rutina anti estrés y por eso, había pensado pedir un día más de descanso en su trabajo. O simplemente no ir. ¿Fingirse enfermo? No, era algo muy cliché. Lo mejor y más viable era solo faltar. Total, ya habría más días para trabajar duro.

Y en cuanto a Jung Hoseok, –alguien que a diferencia de Yoongi, aprovechaba esos días llenándolos de montones de actividades sin descanso–, él también adoraba los días libres, porque eso significaba claramente que Haeri también tendría el mismo día libre que él y así podrían disponer de todo el tiempo que ambos quisieran para verse, sin estar limitados a un horario ni presionados por otras actividades. Estarían tan relajados y con todas las energías del mundo para hablar, convivir, pasear juntos, abrazarse, mimarse, quererse, ¡y todo lo que se pudiera hacer en esas 24 benditas horas!

Era simplemente el plan perfecto. Hoseok junto a su hermosa novia Haeri aprovecharían muy bien ese día libre para pasarlo juntos. El plan establecido era ir al parque a ver un espectáculo callejero de ilusiones ópticas y un poco del free style dance, algo que ambos disfrutaban mucho sobre todo cuando acompañaban el espectáculo comiendo un delicioso helado. Después visitarían el centro comercial, buscarían algún lugar genial o nuevo donde comer algo delicioso, o si Haeri lo prefería, ir a cenar algo que ella deseara, aunque Hoseok de antemano sabía que su novia optaría por el sushi. Y finalmente, darían un paseo más por las iluminadas calles de la ciudad, tomados de la mano, seguramente conversando acerca de todo y de nada a la vez. Tal vez podrían tomarse algunas fotos para el recuerdo y para su álbum de citas. Y por último, la llevaría a su casa en su auto. La imaginaba adormilada, o bostezando, recargada en su hombro debido al cansancio por la enérgica salida que habrían finalizado juntos, luciendo tan tranquila y frágil, con sus labios ligeramente abiertos o haciendo pequeños pucheros. Mientras más lo pensaba e imaginaba, todo su día de tornaba mucho mejor. ¡Estaba ansioso por salir de su casa en ese día libre!

No había duda de que echar a volar su imaginación acerca de la excelente tarde que seguramente tendría al lado de su novia, hacía que la piel de Hoseok se erizara y ansiara que llegara la hora de ir a verla. La emoción que sentía era igual de intensa y fuerte que la caída de una cascada. Si bien era cierto que frecuentaba mucho a su hermosa Haeri, con una fuerte convicción podía decir que nunca de los nunca se cansaría alguna vez de estar con ella. Hoseok disfrutaba hasta cada segundo que pasaba a un lado de su novia, lo atesoraba en su corazón –el cual obviamente, ya no era suyo, sino que su bella pelirroja era la dueña–, y estaba firmemente convencido de que cada día ambos vivían, aprendían, sentían y conocían algo diferente el uno del otro. Realmente la fuerte relación que esos adorables jóvenes mantenían era envidiable, única y encantadora. De esas relaciones que solo aparecen en las películas y cuentos de hadas, y no porque todo fuera miel sobre hojuelas ya que ambos reconocían haber tenido sus altas y sus bajas, sus discusiones y descontentos, sus peleas y desacuerdos. Pero Hoseok estaba convencido de que nunca habría amor igual al que él tenía con Haeri porque aún si peleaban, arreglaban sus asuntos pues el amor que sentían era real, especial, único.

¡Se busca novio para Hanie! • Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora