¡Los días libres! ¡La mayor bendición del mundo! ¡Y todo el mundo estaba de acuerdo con ello, con los fabulosos días libres!Los días libres eran perfectos. No eran días comunes y corrientes, claro que no. Eran días donde se podía disponer de todo el tiempo deseado para hacer un montón de cosas que normalmente eran imposibles debido a la intensa rutina de trabajo que muchos tenían y que en ocasiones se volvía algo monótono. ¡Aleluya porque los días libres existían. De hecho, Moon Hanyang se había propuesto encontrar a la persona que los había inventado para agradecerle e invitarle un café. Aunque tal vez, lo mejor de todo era que de todos los días libres, el gobiernos había designado días libres obligatorios, esos que todos los adultos treintiañeros y también no tan treintiañeros como Hanyang ansiaban. Días libres que no el jefe más malvado podía negar, porque eran obligatorios. ¡Que bendición tener un descanso obligatorio! La castaña estaba convencida de que todo era posible por acto divino y celestial, ajeno a la imperfecta voluntad humana.
Y bueno, Hanyang podría tener una actitud mas positiva en cuanto a esos días libres si tan solo no tuviera un joven jefe trabajolico obsesionado con estar innovando el menú de su pastelería cada vez que se le prendía el foco. Lo cual, innegablemente lo llevaba a pedir que sus empleados trabajaran hasta en días festivos para cubrir la demanda de los clientes. Hasta ahí todo iría bien, de no ser porque Hanyang tenía compañeras de trabajo muy flojas que sabiamente habían movido sus cartas para salirse con la suya y poder disfrutar su día libre gracias al permiso que milagrosamente su jefe les había otorgado. Ella no quería parecer una persona dramática y quejumbrosa, pero su corazón se partía en mil pedazos cada vez que veía a las personas caminar por la acera exterior a la pastelería y coffee bar donde trabajaba. Se encontraba sentada en una de las vacías mesas del local, observando por el vidrio contiguo a la puerta a todas las personas libres con rostros sonrientes, ajenos de preocupaciones seglares y centrados únicamente en gozar de su día de descanso, mientras ella se ahogaba en esa terrible prisión de paredes en tonos rosa pastel –un color que contrastaba con su playera amarilla y falda blanca tabloneada–, y con un olor a café mezclado con vainilla.
Hanyang le había rogado al cielo fervientemente para tener este día libre, únicamente para poder levantarse tarde, andar en pijamas y poder ver una serie en Netflix. A pesar de su fuerte anhelo, ella estaba convencida de que cualquier cosa, mientras mas la deseara con todo su corazón, menos lo obtendría, pues ya había tenido experiencias previas que demostraban a la perfección que toda ella era un imán para atraer cosas malas, y el hecho de que estuviera trabajando ese día de descanso nacional únicamente se convertía en una prueba más, lista para ser añadida en su currículum de "no nací siendo estrella, nací estrellada".
Pero a decir verdad, dentro de esa infantil maldad que su jefe le había hecho, había dos cosas buenas. La primera era que le pagarían el triple. Ese hecho la consolaba, pues entonces podría ahorrar un poco más de dinero para ir a visitar a su familia por un tiempo, y hasta trabajar horas extra le daba más méritos para pedir vacaciones más largas. Hanyang ya tenía muchas ganas de ver a su familia pues llevaba casi un año sin visitarlos, y aquel pensamiento la hizo sonreír ampliamente recobrando su ánimo, mientras recargaba su barbilla sobre su mano y se dedicaba a girar su rostro para mirar con atención a sus mejores amigas. Y en realidad, eso había la segunda cosa buena de su día: tener a Haeri y Nakyung como compañía.
Junto a Yoosung y Jimin, sus amigas habían ido a visitarla, principalmente porque Haeri y Nakyung querían tomar café junto a Hanyang y aprovechar unos cuantos minutos de su día para ponerse al día. Jimin estaba ahí por lo mismo, y también porque durante toda esa tarde irían a ver su mamá, principalmente porque la señora Park quería ver al pequeño Yoosung.
ESTÁS LEYENDO
¡Se busca novio para Hanie! • Min Yoongi
FanfictionMoon Hanyang es el primer amor de Min Yoongi. Pero ella no lo sabe, y nadie lo supo hasta que Jung Hoseok decidió buscarle novio para que ella dejara de ser un mal tercio en su relación con Song Haeri. Sin embargo, Hoseok pronto se dará cuenta de...