cap 11

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Si una persona mirara por esa ventana vería los paisajes más hermosos de la región. La nieve ya cubría gran parte del lugar, desde árboles, calles, casas, la montaña que se veía a lo lejos todas bañadas en un espeso blanco impecable. Pasar por ese tipo de lugares siempre le gustaba a Jingyi, lástima que en ese momento no tuviera cabeza para nada que no fuera Jin Ling.
Hace solo veinte minutos se había separado de él y lo único que su cerebro hacia era rememorar esa noche y la mañana que tuvieron, justo antes del desayuno lo subió sobre la barra de la cocina y otra sesión de besos tuvo lugar. El chico más bajo se aferraba a Jingyi con mucho cuidado y calidez, durante su comida lo sentó en sus piernas, teniendo un desayuno agradable. Conoció aspectos de su joven amante que nadie más conocía, incluso antes de separarse fuera del edificio se acerco a él abrazandolo y besandolo, parecía tener una obsesión con Jin Ling quien lejos de enojarse lo aceptaba gustosamente y su felicidad podría ser absoluta si no fuera por alguien...

-¿Tío?- cerró la puerta tras de él. La casa en la que creció lucía exactamente igual que hace dos meses, que hace quince años, y siempre lo reconfortaba.

-¿Xichen?- la voz provenía de su habitación favorita.

- No, no soy Xichen, soy tu sobrino favorito- de inmediato un hombre de delgada figura apareció.

-Jingyi, ven acá- dijo abrazandolo - me alegra que estés en casa-

-Gracias, yo también te extrañe- una pequeña silueta se dibujó al lado de su tío, el chico lo miró extrañado - No sabía que tenías un gato-

-¿esta bola de pelos?, Wangji me lo regalo, dijo que debería tener alguna compañía ya que ahora estas en la Universidad.-

-¿Cuál es su nombre?- pregunto viéndola, era una bonita gata persa gris mientras su cola era completamente blanca y ella también miraba con sus ojos uno amarillo y el otro azul al intruso con poco interés. -¿Y de dónde la sacó?-

-duquesa, y no te rías o haré que practiques hasta que te sangren los dedos, la trajo de un refugio de hecho, no puedo creer que alguien la abandonara si es tan hermosa- Jingyi estuvo de acuerdo en las dos cosas que dijo su tío.- ve a descansar mientras yo preparo la cena-

-iré a tomar un baño y bajare-

Volver a acostarse en su vieja cama y ver su habitación exactamente igual a como la dejo... Sus fotos de pianistas famosos entre ellos uno de sus favoritos: Richard Clayderman, su pequeño librero a la izquierda con esos libros que amaba y que jamás admitiría que eran de Jane Austen, la lámpara que le regaló Xichen cuando cumplió diez años, el escritorio que rayo sin querer a los ocho y que le costó escribir casi media libreta con una sola frase "NO DEBO RAYAR EL ESCRITORIO". Suerte que Wangji lo había hecho por él, los mismos tonos de morado y azul que escogió junto con sus dos hermanos para su cuarto... toda esa habitación le traía buenos recuerdos; como cuando jugaba con sus hermanos a proteger una fortaleza, Jingyi solía decir que Wangji: ERA LA FORTALEZA por su cara sería, de hecho se burlaba bastante del asunto, lo bueno era que Wangji era su hermano y le perdonaba todo.

-muchacho la cena está lista- bajo las escaleras adentrándose en la cocina, junto a la mesa se encontraba duquesa cenando algo que parecía pescado.

-¿Cuánto tiempo tienes con ella?- pregunto tomando una porción  de arroz

-Un mes después de que te fuiste a la Universidad, sigo creyendo que tu hermano exagero con eso de mi soledad, pero el  y Wei insistieron-

-¿todavía odias al hermano Wei?-

-acepto que no tuvimos el mejor inicio pero no me puedes culpar- los dos rieron, su tío tenía razón. La primera vez que su hermano anunció que quería presentarles formalmente a su pareja se sorprendieron, no sólo por lo distintos que eran, si no porque era la primera persona que Wangji llevaba a casa. Ese día después de la comida fueron al cuarto de música; un salón que su tío atesoraba con mucho cariño, pero el novio de su hermano estaba revoloteando de aquí para allá y termino por romper un mueble de cristal que contenía los tres trofeos más importantes en la carrera musical del tío Qiren, provocando la ira terrenal de este y una anécdota muy divertida para Xichen y él. Su tío prohibió la entrada de Wei Wuxian todo un año, finalmente ante la insistencia de su hermano lo volvió a permitir dentro de la casa, sin embargo le tomo otro año entrar a la sala de música. Su relación avanzó a paso de tortuga pero ahora era más sólida.

Entre tres es mejor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora