"Yo soy la hija del líder de los caballeros Británicos, Marqués Alexis Leon Midford: ¡Elizabeth, la esposa del perro guardián de la Reina!"
Aún el eco de esas palabras del pasado me persiguen por las noches como si fueran depredadores, y yo siendo s...
El dormir era algo que olvidé en esos momentos de angustia y engaño.
No podía quitarme de mi mente aquellos ojos de demonio de Ciel, mientras más pido olvidar, más los veía tenebrosamente. Y hace darme ganas de llorar y gritar despavorida.
El hecho de que su querido prometido era un total demonio, era algo que nunca se pudo imaginar, que la ficción superará totalmente la realidad de esta manera tan descabellada.
Su madre Frances no sabía la razón del por que su hija se encontraba de esta manera, ni Paula le pudo responder lo que había pasado.
Luego de recordar que su boda era pronto, se le pasó por la cabeza la idea que se encontraba así quizás que tenía miedo o por algo relacionado al compromiso, le aconsejó totalmente del tema de manera que calmará sus nervios.
Pero eso no hacía más que empeorar los pensamiento abruptos y deprimentes de Elizabeth, tan solo dejaba pasar las palabras firmes de su madre ya que eso por lo menos la distraía.
Aun que deseaba en ese momento un psicólogo.
No podía decirle a nadie del secreto de su prometido Phantomhive, literalmente la tomaría como una loca sin cura.
"¡Vayas mentiras que salía de la boca de esta niña!": Dirán las mujeres de su alrededor.
"Loca sin remedio. Esta embrujada de amor.": Dirán los hombres de su alrededor.
"Eso da mucho miedo. ¡Es una bruja": Dirán los niños de su alrededor.
Lo que ella ahora mismo deseaba era apuñalarse con el primer cuchillo que encontraba, mientras tan solo deseaba que todo aquello fuera un mal sueño y despertar en su Luna de Miel en la cama con un camisón de pijama y pensar que solo se trataban de las malas lenguas de su alrededor.
Ahora pudo por lo menos la realidad responder sus dudas del como fueron los sucesos.
Ahora estaba en claro que se diría que fue él quien mato a su tía Angelina Durless, recordando lo de su secuestro por Azzurro Vanel, ya sabía que le pudo pasar ya por le hecho de que Ciel era un demonio para ese entonces.
Se comenzó incluso a sospechar si es que era realmente Ciel o solo un demonio que la estuvo engañando en forma de él. O tal vez Ciel era falso y solo producto de la imaginación de ella y que se encuentre en un manicomio encerrada mientras que su amor posesivo por él continuaba sin frenar.
Desde pequeña tuvo la idea de ser la esposa indicada y perfecta para Ciel.
Sabía de lo importante que era en esa pequeña mente inocente de infante que era ella, tan solo en ese pensamiento había permanecido hasta ahora.
Había cambiado físicamente y conocí más a mi alrededor, pero tan solo deseaba aparentar que el peligro y la realidad malvada no existían en su mente.
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