-Esa prometida, rescatada-

327 40 1
                                    

....

¡Que por favor la estrella Canopus me este protegiendo ahora!

Era más que cuestión de vida o muerte en esta situación peligrosa que me encontraba.

Prefería mucho más en estar jugando al té o probarme todos los vestidos de una tienda grandes de vestidos hermosos de los colores claros y oscuros a que estar tratando de escapar y reencontrarme con mi prometido para salir con vida.

Tan solo tuve que arrastrarme más evitando que se de cuenta de mi cercana presencia, no hasta que escuche retumbar un metal, pronto mi peso yendo para y caer al suelo, sintiendo el impacto y el dolor sucesivo que continuó, no sin antes escuchar el fuerte crujido de madera romperse.

El ardor de mi espalda lo sentí demasiado tenso que quería desmayarme ahí mismo, pero recuerdo que se me paso la idea de que el Sr. Ferdinand me descubriría. Así que mire por el perímetro, y vaya suerte que regresaba la mía de no encontrarse ahí. Me sentía salvada.

Lo único que no se salvó fue mi vestido el cual hace ya hecho rasgado, el bello tul y las enaguas se rasgaron horriblemente que casi se veían mis interiores, en término el vestido interior. Ahora era más corto, llevándome a por las rodillas para arriba. Observándose lo salvados que estaban mis zapatos.

Mire el lugar de la oficina y era muy sofisticada en tonos rojizos profundos oscuros, y luego mi mirada cayó a una decoración de 2 espadas incrustadas, una sonrisa se me dibujó en el rostro.

Las tome sin miedo y preparada ante un posible ataque.

A estas circunstancias temía demasiado, dudaba de que Ciel me hiciera un rescate él mismo luego de ser tan mala chica y compañera con él, por estos años qué motivo era de su felicidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A estas circunstancias temía demasiado, dudaba de que Ciel me hiciera un rescate él mismo luego de ser tan mala chica y compañera con él, por estos años qué motivo era de su felicidad.

¡No era momentos de pensar en eso Elizabeth!

¡Recapacita, madura y sal de aquí ya!

Tan pronto corrí de ese lugar con los sables en busca de una salida o de, si es que estaba, Ciel o alguno de sus sirvientes. Corría por los pasillos de lo que era ese lugar, escuchándole pasos metálicos, parecía una fábrica abandonada o un almacén gigantesco. 

De fondo logré escuchar disparos retumbar y gritos de hombres, parecía batallar contra alguien. Confirmando de que realmente Ciel vino...por mí...

Con la oleada de escuchar a voces masculinas tras de mí correr sin ningún tipo de arma, solo con sogas o algún cuchillo en mano para amenazarme, pero eso no me intimida en lo absoluto, hasta que quedará rodeada de todos esos malignos hombres.

"Ven aquí princesa. Si cooperas muy bien, no te haremos daño, tanto a tí como a tu novio." Resonó uno de ellos mientras trataba de sonar su tono confiado, cuan bestia era.

- You are free, my dark fiance - Elizabeth Midford.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora