-Esa prometida, destrozada con verdades-

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-Elizabeth Midford-

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Luego de aquella mala visita que sufrí terminando en secuestro. Me quedé con las ganas de ver a mi prometido de nuevo como lo hacía antes.

Se sentía como olvidar algo tan habitual que tomar un baño o cepillar mi cabello.

No lo pensé mucho y quería verlo de vuelta, aprovechando que ese día estaba tan desocupada que ni el esgrima me hacía falta. Aunque de seguro mi madre me recriminaría por mis acciones, era adulto, bueno, una joven adulta. Ella no debería mucho meterse con mi vida, puedo tomar decisiones sola sin que nadie se atreva a escoger por mí.

Exactamente desee verme presentable ante él lo que más pudiera, pero a mi gusto y que vea que a pesar de tener mentalidad dulce e inocente. Soy fuerte y la mujer que se merece mi Ciel.

Totalmente escogí un vestido que no fuera tan extravagante pero que sea sofisticado para un buen momento.

Paula me cepillo el cabello como se debía a soltar mi cabello ya levemente rizado, con una cinta de bordados delicados, con mi mechón de cabello para afuera libre, me mire al espejo y se veía precioso

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Paula me cepillo el cabello como se debía a soltar mi cabello ya levemente rizado, con una cinta de bordados delicados, con mi mechón de cabello para afuera libre, me mire al espejo y se veía precioso. Me encantaba, ahora mirándome mejor en que me había vuelto una mujer adulta.

-Señorita Elizabeth. Se ve hermosa, como su madre Lady Frances- Comentó Paula halagando con una sonrisa. Ella tiene razón, me parezco a mi madre Frances cuando era joven, por ahí de mi edad, me recordó que a edad mía conoció a mi padre. Sentí mareos como ver mariposas por mi alrededor luego de pensar mejor todo lo ocurrido.

Me puse el lindo anillo de rosa más con los pendientes que me regalo Ciel en mi cumpleaños numero 16. Me veía perfecta para él. Además de un par de guantes blancos y unos zapatos de tacón bajo elegantes.

Le dí un día totalmente libre a Paula para que al menos pueda respirar de estar al pendiente de mí todo el tiempo, se lo merecía después de todo, por tantos años que ha trabajado para mí, a pesar de sus insistencias de que no lo podía aceptar, tenía que hacerlo.

Eso hice ya que quiero ir por mi cuenta propia sin que me acompañe ni Paula ni nadie de mi familia a cuidarme, yo misma podía salir sola ahora, no era gran cosa, iba a ver a mi prometido después de todo.

Aprovechando en querer verlo solo yo y que nadie más lo haga, ni siquiera me atreví a llamar mis amigas para que vayan, era solo un momento íntimo y privado entre un prometido y con su bella prometida, por así decirlo, a practicar.

Eso me tenía en mente, mientras tan solo me encontraba de camino a la Mansión Phantomhive mientras tan solo me imaginaba que hacía Ciel, aun que lo obvio era su trabajo de Perro Guardián de la Reina.

Sin embargo, por momentos me imagine que dejaría eso de lado a tan solo prestar su atención en mí, saludar de repente, en una reverencia, en una cálida bienvenida luego de mucho tiempo a su hogar que se volverá el mío.

- You are free, my dark fiance - Elizabeth Midford.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora