No se mentiría a sí mismo. Quizás sí a los demás, no le importaba. Pero Chihiro ya no estaba muy seguro de todo el asunto porque cada día existía un momento específico en que lo recordaba y su ausencia se notaba demasiado.
No había olor a comida al regresar.
Su lado del armario estaba vacío.
En el baño sólo había un cepillo de dientes.
No existía aquel peso extra en su regazo cada vez que se sentaba a leer en el sofá.
Y por supuesto, la cama se sentía grande y algo fría.
Detestaba admitir que lo extrañaba porque inevitablemente pensaría en él y ya no podría detenerse hasta acabar llorando o con una erección. No era lo mismo hablar por mensajes o videollamadas o lo que sea. Necesitaba tenerlo allí dando vueltas, en sus brazos, hablando, sentado junto a él. Necesitaba su calor.
Una sonrisa suya era suficiente para poner su mundo de cabeza.
Pero un beso cambiaba su vida por completo.
Lo extrañaba mucho.
Aunque jamás se lo diría.
--Mayu-chan, ¿cómo está Sei-chan? Hace rato no hablamos y me siento mal por ello pero he estado ocupado --dijo Reo sentandose a su lado en aquella cafetería frente a la Universidad.
Kotaro y Nebuya se habían quedado en Kyoto para estudiar, sólo Mibuchi se atrevió a mudarse a Tokio al igual que Akashi y él. A veces lo cruzaba en el campus o de camino a alguna clase y al conocerse de hace tiempo, siempre acababan intercambiando un par de palabras.
En cierto punto, era una compañía agradable de vez en cuando.
--También él --respondió bebiendo un sorbo de café --, y yo. Han pasado casi dos días desde nuestra última conversación. Lo está haciendo bien.
--Me alegra saberlo --sonrió --. De seguro sale mucho también ¿no? Ha de haber cientos de cosas divertidas en Nueva York.
Mayuzumi se encogió de hombros. Lo poco que sabía era lo que Seijūrõ le contaba cada tanto. Realmente no le interesaba. Sus conversaciones eran sobre clases, su homofóbico compañero de cuarto, la comida y, a veces, sobre lo mucho que Akashi lo extraña. Porque, una vez más, él no pensaba admitirlo directamente.
Prefería hacerse creer que no faltaba nada para que regresara.
--Oh, por cierto. ¿Piensas visitarlo alguna vez?
--Me sobran muchas cosas pero el dinero no es una de ellas --desvió la mirada hacia su casi vacía taza --. No nos veremos hasta que vuelva, en Navidad probablemente.
--Ya veo, es una lástima --apretó los labios sin dejar de mirar al peliplata cuidadosamente --. ¿Has estado durmiendo bien?
--Tengo mucho que estudiar.
--No responde mi pregunta.
--Lástima, es todo lo que diré --tomó sus cosas y se levantó de la mesa.
--No es malo extrañarlo, Mayu-chan. Yo también lo hago --le dijo antes de que se fuera.
--Adiós, Mibuchi.
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jet lag
FanfictionDonde Akashi y Mayuzumi están en una relación a distancia con doce horas de diferencia entre ambos. [MayuAka]