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Mirando hacia afuera, Chihiro suspiró empañando el cristal. Se acomodó mejor en el asiento recordando cosas agradablemente agridulces. Intentó escuchar algo de música, de comenzar su nueva novela, de dormir...

Hiciese lo que hiciese, era inútil. No podía aplacar la imagen de su pequeño revoloteando a su alrededor, el sonido de su risa tan melódica y su calor inigualable. Mordió su labio inferior y pensó en las múltiples veces que realizó este viaje en el pasado, la anticipación carcomiendo su interior al saber quien le esperaba al final del trayecto.

La relación era extraña al principio. Mayuzumi había comenzado la universidad y no tenía mucho tiempo para viajar, mayormente era Akashi quien se tomaba la molestia de hacer un espacio en su igualmente apretada agenda para ir a Tokio y pasar tiempo junto a él. No hacían gran cosa, generalmente dormían juntos o Seijūrõ llevaba sus tareas del instituto para acabarlas al mismo tiempo que Chihiro trabajaba en sus proyectos o estudiaba para algún examen.

Se sentía culpable al final del día. Creía que aburría al pelirrojo, que tal vez debía sacrificar horas de sueño y salir, tener una cita o... lo que fuese. Le costaba admitir o evidenciar sus sentimientos, por eso apreciaba los gestos de Seijūrõ, quien parecía leer su mente todo el tiempo.

"--Chihiro, toma un descanso y come --dijo Akashi sentandose a su lado en el sofá tras depositar un plato de comida en la mesita de café. Tuvo que apartar unos cuadernos.

El peliplata suspiró asintiendo. Masajeó sus sienes y maldijo en voz baja al percatarse de sus ojos secos por no parpadear. Oyó a Akashi reír levemente y volteó a verlo ceñudo.

--¿Qué es tan divertido?

--Tú. Jamás esperé verte rodeado de tantos libros de texto. En preparatoria sólo leías tus novelas, ni siquiera asistías a clases a veces --explicó tomando los palillos junto al plato y tomando un trozo de verdura con ellos. Lo colocó delante del peliplata --. Abre.

--No voy a..-hm!

A riesgo de ahogarlo, Akashi introdujo la comida a la fuerza en su boca y sólo entonces Chihiro supo lo hambriento que se hallaba. No tenía idea de la hora ni de lo que estuvo haciendo Seijūrõ en ese lapso.

--Lo siento --murmuró. Sei intentó volver a alimentarlo pero lo evitó.

--¿Qué sientes?

--Esto. Seguro estás ocupado y todavía vienes hasta aquí...

No siempre tenían desplegos de afecto tan grandes. Generalmente se tomaban de las manos o se sentaban muy juntos, sus hombros tocandose. Por eso, cuando Akashi trepó a su regazo tan cómodo no pudo evitar el ligero sonrojo en sus mejillas.

--Come.

--Pero..-

Seijūrõ se acurrucó en el pecho de su novio ocultando el rostro en su cuello. Cerró sus ojos y Chihiro supo que no lo repetiría así que con un brazo envolviendo la cintura del pelirrojo y la otra tomando los palillos acabó de comer la improvisada cena."

La estación se acercaba, mas bien el tren se acercaba, y su corazón latió un poco más rápido inconcientemente como cada vez. Bajó arrastrando su maleta y respiró el aire de Kyoto sintiendose en casa. Sin embargo, algo no terminaba de encajar y sabía exactamente qué era.

Seijūrõ siempre lo esperaba junto a los andenes para poder envolverlo en sus brazos apenas bajase del tren. Le incomodaba cuando había mucha gente alrededor pero al pelirrojo le daba igual. Y siendo honesto consigo mismo, lo agradecía porque era la bienvenida más bella de todas.

Sonrió al avistar a su madre esperandolo fuera de la estación.

jet lagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora