Maldito Diablo ✔️

3

Cuando llegué a la escuela todos miraban ¿acaso estoy en pijamada?
Pero no... no estaba en pijama, tal vez ya se enteraron que golpeé a un profesor.

—¡ah! Pensé que no venías hoy—sonó la voz que no quería escuchar.

Él se detuvo al frente mío mientras inclinaba su cabeza hacia adelante.

—ajá, no me importa, apártate—ordené, traté de esquivarlo pero él siguió mis movimientos—apártate—volví a ordenar.

—¿te recuerdo quién soy?—frialdad en su voz... esto se pone interesante.

—¿te recuerdo a qué juego entraste?—le arqueé una ceja.

—mira linda... meterme contigo no es tan terrible, pero te juro que cada parte de tus sentimientos te los romperé sin tener compasión alguna, te romperé el corazón y luego de hacerlo sé que me buscarás para pedir que vuelva contigo...

No terminó de hablar y me comencé a burlar de lo que dijo.

—jajajaja ¿yo? ¿Enamorarme de ti? Jajajajaja por favor.

—lamentablemente tú de ahora en adelante eres mi novia, no hay quejas ni devoluciones—me guiñó el ojo y luego sonrió.

—bueno... ahora esto será más fácil. Payton te espero en mi casa a las 5 de la tarde, no llegues tarde—sonreí sin mostrar mis dientes y luego pasé por su lado pero me detuvo su voz.

—¿y mi beso de despedida?

Un grupo de personas nos rodeó. Su mirada muestra satisfacción. Me devolví de mala gana hacia él y lo tomé de su camisa y le di un corto pero apasionado besó. Bueno para mi eso no significaba nada.

Nos separamos e hice una cara de asco.

—adiós amor—finjo una sonrisa y volví a caminar hacia dónde sería mi clase de lenguaje.

Hubiera protestado sobre "ser su novia" pero si no hay novio, no hay juego.

*•••*

Cuando abrí la puerta de entrada vi a Payton con una ramera negra, jeans negros y zapatillas rojas.

—que ni se te ocurra besarme.

—yo también estoy bien amor, gracias por preguntar— lo fulmine con la mirada.

—dame unos segundos que ya acabo de arreglar algo—volví a cerrar la puerta en su cara y me fui corriendo a mi cuarto.

Guardé lo que me faltaba en la mochila y luego bajé, así encontrándome con mi tía Melanie y Payton apoyados en el sillón.

—¿por qué dejas a tu visita afuera?—preguntó.

—no me importa dejarlo ahí

—ah, por cierto soy Payton, novio de su hija—Payton estrechó mano con mi tía.

—¿novio?—preguntó dudosa—¿cuándo pensabas decirme?

—eso no importa, Melanie él—lo señalé—entró en mi juego y tú sabes lo que significa.

Empujé a Payton hacia la puerta.

—adiós—me despedí y cerré la puerta de la casa.

—¿a dónde vamos?—preguntó cuando vió que nos dirigíamos a mi auto.