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Paseaba por aquella librería por segunda vez en el día. Estaba mirando los libros de fantasía que tanto me gustaban, me hacían transportarme a otro mundo: semidioses, vampiros, hombre lobo, narnia, etc. Todos aquellos libros siempre hacen que te quedes con un pedacito. Estaba contemplando el libro que tanto me gustaba y que me hacía sonreír cuando sentí unas manos en mi cintura y una respiración en mi oído. Sabía quien era, era mi chico. Me giré para poderlo ver. Me seguía sosteniendo la cintura. Rodee mis manos en su cuello, ambos sonreímos, no era la primera vez que íbamos a esa pequeña tienda del centro de la ciudad. Nos conocimos allí y coincidido varias veces. Allí es donde me pidió la primera cita, donde me pidió que fuera su novia y allí volvíamos a estar. Me pego a la estantería y él a mí. Se acercaba poco a poco y nuestras respiraciones se mezclaban. Me sentía aún nerviosa cuando lo tenía tan cerca. Sentía que las piernas me temblaban. Subí la mano y acaricie su pelo rubio, un poco largo y hacia atrás. Él me acariciaba la cintura. Nos mirábamos a los ojos, eran muy bonitos, azul como el mismo cielo. Juntamos nuestras frentes, necesitaba tanto besarlo. Sentía que lo quería tanto, esas malditas mariposas que no salen de mi estómago. - Te quiero Elena - susurro él mientras cerraba los ojos- Me encantaba su voz ronca y grave. - Yo también te quiero - dije yo de la misma manera- Unimos nuestros labios, nos besamos con ternura y necesidad. Nos queremos y eso se puede notar. Al separarnos del beso, nuestras frentes aún estaba junta. Me pidió que no me olvidara de él, que le siguiera queriendo como lo hago ahora. ¿Yo no entendía nada, por qué me pedía eso? Me volvió a besar y me dijo: pronto nos volveremos a ver, te lo prometo- Se apartó de mi cuerpo, se iba a ir pero quería impedírselo. No quería que se fuera, sentía un dolor en el pecho y mis lágrimas volvían a salir. Se acercó a mí y me dijo: -Mi amor, ahora no podemos estar juntos, pero te prometo que pronto, en esta misma librería, nos volveremos a ver, pero tienes que esperar hasta el 17 de marzo. En esa fecha puede que nos volvamos a ver. Me dio un último beso, se fue de mi lado. Me desperté de repente. Me sentía muy angustiada. Llevaba días soñando con el mismo chico, noche tras noche. ¿Me había enamorado del chico de mis sueños y me prometió volver a vernos, pero solo es un sueño, no? Rompí a llorar, todo era tan frustrante. ¿Por qué solo era un sueño? ¿Y por qué sentía este vacío en el corazón? Sentía como si me hubieran arrancado un pedazo de mi cuerpo. Lloré por un buen rato, pero decidí que ya era hora de vestirme, desayunar y volver a ir al trabajo. Pasaron los días, largos y lentos. No podía dejar de pensar en el chico de mi sueño, será verdad que lo volveré a ver?. Vi el reloj y eran las 7:30 de la tarde, ya era hora de salir. Cuando terminé de ordenar lo que me faltaba, salí hacia la librería, tenía que ir, necesitaba ir... Y si era verdad? Miré el reloj y era las 7:45, me quedaba poco para llegar y sentía como mi corazón latía con fuerza. Al llegar, entré a la librería y la chica me advirtió que en 10 minutos cerraban. Di dos vueltas por la librería, cada vez quedaba menos para que cerrara. Estaba poniéndome nerviosa y las ganas de llorar me venía cada dos por tres. ¿Por qué la vida es así de injusta? ¿Y si solo se queda en un maravilloso sueño? Quería decir que no, que no solo era un sueño, que era más que eso. Llegue a la misma estantería de mi sueño. Miré los libros y miré el reloj, solo quedaban 5 minutos para que cerraran. No pude soportarlo más, rompí a llorar. Puse mis manos en mi cara para que no se vieran mis lágrimas caer, me sentía rota, dolida, vacía... Hasta que sentí unas manos en mi cintura y me susurraba al oído: -No llores princesa, estoy aquí, te dije que volveríamos a vernos, que estaríamos juntos de nuevo, que nada lo impediría- dijo pegándose a mí - ¿No podía creerlo, de verdad era él? Sí, si era él. Era su voz ronca y grave. Me giré y ahí estaba, tal y como lo recordaba. No podía creer que estaba allí. Lo abracé llorando y susurrando: estás aquí, no puedo creerlo, pensaba que era una fantasía. Me dio un beso lleno de amor. Por fin estábamos juntos en aquella librería, el día 17 de marzo, juntos otra vez.

Derribando TabúesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora