Capítulo 3.

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"What if i die tomorrow?
Would i wake up to reality?"

Con jadeos y algo de dolor Clare poco a poco recuperaba la conciencia. Estaba acostada boca arriba, sus ojos semiabiertos distinguieron la figura de un candelero de cristal que colgaba del techo; de inmediato se levantó abruptamente, sintiéndose confundida.

-¿Qué?- Dijo en voz baja frotándose la cara con los nudillos, miró a su alrededor, la habitación estaba oscura cubierta con un tapiz antiguo de color morado, había una ventana reluciente con cortinas blancas traslúcidas, un antíguo ropero de madera con diamantes pequeños en las manijas y un elegante biombo decorado al estilo Victoriano con rosas talladas en su superficie.

-¿Dónde estoy?- Dijo con voz débil, se miró los brazos y el pecho, estaba sucia, aún había tierra impregnada en su piel, instintivamente llevó una mano a su cabello; Estaba seco, enredado y sucio, como el de una muñeca vieja.

Escuchó voces que venían del piso de abajo, quitó la manta que la cubría y se puso de pie, pretendía salir de la habitación para averiguar dónde se encontraba.

Entre tanto, la mañana en Livius Village era intranquila; La familia Horvat estaba incompleta y por supuesto ya se había reportado la inexplicable desaparición de su hija Clare y su imagen se encontraba pegada en cada árbol, poste, pared y farol de la villa.

Pese a las terribles circunstancias la gente se veía obligada a continuar con sus actividades del día: negocios, escuelas abiertas, personas yendo de un lado a otro, lo único distinto era el nuevo espacio vacío en una familia.

Entre las personas que había en las calles, un joven alto de cabellera castaña con matices claros y un sombrero se encontraba rodeado de un grupo de niños pequeños que se entretenían mirándolo sacar cartas de póker de su elegante chaleco.

Después de terminar su acto, desvió ligeramente la mirada, sus ojos se encontraron con una de las imágenes de Clare que estaba pegada en la entrada de una escuela.

Por su parte, Clare se encontraba dentro de una bañera antigua, el cuarto de baño estaba oscuro, había pétalos de rosa tirados al rededor, velas con aroma en las repisas, un lavabo con llaves de oro blanco y una pequeña ventana circular al fondo que poseía una división con un vitral en forma de flor al centro.

Frotaba sus brazos con el agua y su cabello mojado estaba libre de toda suciedad, miró hacia la puerta cerrada, un poco de luz se filtraba por debajo y se reflejaba en el piso de madera seguida por una sombra, alguien se acercaba.

Unos golpecitos sonaron del otro lado de la puerta, Clare respondió:

-¿Quién es?- intentó que su voz sonara segura, aún se sentía nerviosa, simplemente esperó a que alguien contestara.

Nébula abrió la puerta cautelosamente.

- Perdona, solo vengo a dejarte esto- Nébula se inclinó y dejó un par de prendas dobladas sobre un banquito que descansaba detrás de la puerta.

-Ah...Gracias- Clare dijo de forma amable, aún no sabía del todo quienes eran los que habitaban esa vieja mansión, incluso sentía algo de desconfianza, pero en todo caso debía guardar la calma y ser prudente.

Nébula bajó las escaleras dejando leves huellas de sus zapatillas sobre el alfombrado terciopelo de estas. En la sala de estar, se encontraban los gemelos conversando, Nébula se acercó a ellos.

-¿Hablaste con ella?- Preguntó Maxine sosteniendo la mirada a Nébula, le causaba inquietud la presencia de la nueva huésped, quizá era por miedo a que la chica saliera corriendo aterrada a decirle a todos en Livius Village que el bosque maldito en efecto, estaba habitado por vampiros de largos colmillos.

SECRET PARADISE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora